En el documento anterior «Los negocios de la guerra» publicado en este mismo magazín hablaba de la construcción de falsedades (patriotismo, miedos) para arrastrar a las poblaciones y de la guerra como negocio para traspasar dinero público desde nuestros impuestos hacia los fabricantes de armas. En este escrito hablo de las nuevas falsedades, de las guerras del siglo XXI, las nuevas armas; de la guerra cognitiva para inventar enemigos que llevan a la división del mundo en nuevos bloques militares; de que una guerra nuclear es inviable y de cómo solucionar los conflictos pacíficamente.

Operaciones psicológicas: miedo mutuo

  • El 70% de los estadounidenses cree que China es una amenaza.
  • Más de la mitad de los chinos cree que la OTAN ataca ahora a Rusia en Ucrania y que después invadirán China.
  • En Japón la población tiene miedo de China y la mayoría de los japoneses están de acuerdo en aumentar el gasto militar; en 2023 el gobierno japonés ha duplicado su gasto en armamento.

Alguien dijo: «El nacionalismo se combate viajando», yo me pregunto:

  • ¿El 70% de los estadounidenses —210 millones— han visitado China?
  • ¿La mitad de los chinos —700 millones— han visitado EE. UU.?
  • ¿La mitad de los japoneses —125 millones— han visitado China?

Si no han visitado a los otros países, si no tienen información de primera mano, si no se conocen entre ellos ¿para qué se tienen miedo? ¿Cómo han construido esa percepción del otro como enemigo? La han construido mediante informaciones que les llegan sin salir de casa, por prensa, radio, TV e Internet, y en un contexto social donde es complicado encontrar pruebas fehacientes o disentir: en eso se basa la guerra psicológica. En El arte de la guerra, de Sun Tsu, escrito en China hacia el 500 a. C. se escribe:

El principal engaño que se valora en las operaciones militares no se dirige solo a los enemigos, sino que empieza por las propias tropas, para hacer que le sigan a uno sin saber adónde van (Sun Tzu, XI).

«Que viene el lobo para comerse a los corderos», es un eslogan muy utilizado para amedrentar a las poblaciones y dirigir el voto electoral, ahora lo están utilizando otra vez para fomentar el patriotismo y para inventar «enemigos». En 2023 sigue utilizando la guerra psicológica combinada con la nueva guerra cognitiva (cognitive warfare) ¿Qué es eso?: la propia OTAN lo describe en su web, volveré sobre ello.

¿Para qué?

El arte de la guerra es someter al enemigo sin luchar. La mejor victoria es vencer sin combatir (Sun Tzu).

Ahora hay abiertos 110 conflictos parciales en el planeta, todos están localizados fuera del territorio de EE. UU. y de China, todos generan beneficios para los fabricantes de armas; y cuando hablo de «fabricantes» me refiero a las personas que se benefician de fabricarlas y también a los intermediarios, como en la actual guerra de Ucrania dónde han cesado a varios ministros por presunta corrupción. Si hubiera guerra mundial, todos quedaríamos devastados; meten miedo a las poblaciones sabiendo que no habrá guerra: buscan desviar dinero para comprar armas, negocio que sirve para transferir miles de millones de dólares a fabricantes privados. Recordemos que la actual Federación de Rusia es un estado capitalista, se rige por las leyes de mercado capitalistas donde los fabricantes de armas también son empresas privadas que obtienen ganancias y la estrategia del miedo sirve a los gobernantes para levantar la ilusión patriota hacia la Gran Rusia de los zares.

En nuestra década ¿qué ha cambiado?: el acceso a supercomputadores, los Big data y la confianza en influencers y en «contactos». El acceso a supercomputadoras facilita atacar las redes de comunicaciones (ciberataques) y, combinadas con Big data, también permite analizar miles de datos de cientos de millones de personas para manipular las conciencias con la complicidad de cientos de influencers y redes. Ahora es muy fácil enviar mensajes «personalizados» a millones de personas con un solo clic, luego los modifican ligeramente y los envían repetidos de forma intermitente —todos sabemos que el lenguaje genera pensamiento— hasta que asumimos esas ideas externas como si fueran propias. El esquema aplicado por los lobbys —y sus agencias de propaganda— es sencillo, sigue este proceso:

  1. Inventar producto (armas).
  2. Maquinar la idea (enemigo X).
  3. Modelar cerebros (Big data, miedo) para que asuman la idea como propia y acepten la solución.
  4. Anunciar producto.
  5. Trasferir dinero público a fabricantes privados (para comprar armas, etc.), mediante subvenciones, prestamos garantizados por el Estado y compromisos de compra.
  6. Fabricar producto.


Diagrama

Así vemos que el producto no responde a una necesidad de la población, sino que primero inventan el producto y luego moldean los cerebros para que aceptemos la necesidad y la solución.

Consecuencias

Simultáneamente los gobiernos, alentados por las grandes empresas, van construyendo bloques, grandes alianzas de interés económico y/o militar en torno a China o EE. UU., y aparecen potencias emergentes como Turquía, Irán, Brasil, India, Sudáfrica. Todas las partes fomentan el miedo entre las poblaciones y tienden a aumentar su poder militar provocando una escalada simétrica que los lleva a comprar más armas.

¿Para qué? Según la base de datos de la Universidad de Beirdgewater, (Massachusetts, EE. UU.):

USA ha llevado a cabo casi 400 intervenciones militares desde 1776, y la mitad de estas operaciones se llevaron a cabo entre 1950 y 2019. Más del 25% de ellas se produjeron en el período posterior a la Guerra Fría.

Jeffrey D. Sachs profesor en la Universidad de Columbia (NY, EE. UU.) escribía el 30 de junio de 2023 en «La guerra en Ucrania es el último desastre provocado por los neoconservadores»:

La lógica neoconservadora se basa en una premisa falsa: que la superioridad militar, financiera, tecnológica y económica de Estados Unidos permite a dicho país imponer condiciones a cualquier región del mundo. Su postura es de una arrogancia y un desprecio por la evidencia extraordinarios. Desde la década de 1950, Estados Unidos ha sido neutralizado o derrotado en casi todos los conflictos regionales en los que ha participado.

Si durante los últimos 100 años, todas las guerras han sido fuera del territorio de EE. UU. y además las pierde, yo me pregunto ¿para qué EE. UU. se mete en las guerras? (siempre en territorios lejanos): para destruir material militar y luego reemplazarlo por otro más nuevo, este es el negocio de la guerra, se demostró en Irak.

Una guerra nuclear es inviable

Una guerra nuclear generalizada destruiría a todos los bandos, y también destruiría a los fabricantes de armas, lo cual nos lleva a concluir que, por mucho que lo anuncien, una guerra nuclear generalizada es inviable hoy. Sin embargo, el solo hecho de anunciarla sí beneficia a los anunciantes porque así generan miedo entre la población y la predisponen para que sus gobiernos compren más armas: es el negocio de la guerra.

No obstante, G. Pulido escribía en la revista Ejército (España, 2016):

La proliferación y el perfeccionamiento de las armas de precisión, un mayor alcance y la mejora de los sistemas de información hacen posible que ahora se puedan atacar muchos objetivos de un golpe, con una gran precisión, a miles de kilómetros de distancia. Dichas capacidades permiten atacar los arsenales e infraestructuras nucleares de cualquier país nuclear de manera no nuclear o con armas nucleares de pocos kilotones. Como los arsenales nucleares ahora son de pequeño tamaño, es mucho más sencillo llevar a cabo un ataque contra las fuerzas nucleares del adversario y destruir un alto porcentaje de su arsenal. Además, dado que los sistemas antimisiles son cada vez más comunes y efectivos, se puede llegar a una situación en la que el pequeño porcentaje de armas supervivientes podría ser anulado por dichos escudos antimisiles.

Es decir, en la segunda era nuclear es y será factible que potencias nucleares se ataquen y desarmen entre sí sin que ello signifique la destrucción mutua asegurada.

¿Qué hace la Unión Europea?: aumentar el gasto militar. EE. UU. ha convencido a los gobernantes europeos de que la potencia económica sin bombas no es nada:

Ahora, sus analistas anticipan que el gasto (europeo) puede llegar a elevarse hasta en un 65% entre 2021 y 2026, ascendiendo a los 488,000 millones de euros.1

Con ese dinero se podrían construir en Europa 3.5 millones de viviendas sociales y mejorar la educación pública, la sanidad pública y las pensiones. Así, el Gobierno español en funciones (PSOE-Podemos) primero dijo que había que apoyar a la industria militar y ahora dice que «planea pertrecharse con un nuevo corredor industrial militar en el mayor ciclo inversor de su historia»;2 durante los actuales 2 meses el Gobierno en funciones ya ha transferido 1,000 millones de euros para la compra de material militar —con ellos se podrían construir en España 7,000 viviendas sociales— y ha aprobado 6,750 millones más,3 con estos se podrían construir 45,000 viviendas sociales más.

Armas nuevas para el siglo nuevo

El siglo XXI comenzó con la Guerra de Irak, donde combinaron la guerra psicológica (desinformación, falsedades) con miles de mercenarios internacionales muertos (Blackwater4). Otros mercenarios vuelven a actuar con Wagner en Ucrania y en muchas otras guerras actuales combinados con drones y otros vehículos no tripulados... Un experimento publicado en agosto de 2023 demostró que difundir desinformación con Inteligencia Artificial solo cuesta 400 dólares... y llegó la guerra cognitiva.

Guerra cognitiva

Ya no se trata de guerra psicológica (información/desinformación) ni de ciberguerra (ataques informáticos), se trata de manipular lo cognitivo, el raciocinio, combinando grandes procesadores que guardan millones de datos de millones de personas (gustos, miedos, costumbres, compras, contactos, amigos, valores, creencias, movilidad, estados de ánimo...) con los avances de la psicología, de la neurología y de la sociología para manipular el raciocinio.

F. Cruzel en su documento Cognitive Warfare, a Battle for the Brain (2019), financiando por OTAN escribía así:

El principio fundamental no es solo seguir una estrategia y ganar sin luchar (Sun Tzu), también es una guerra contra lo que piensa, le gusta o cree un objetivo para modificar sus representaciones de la realidad. Es por tanto una guerra contra sus formas de pensar, sus lógicas mentales, sus representaciones espontáneas y sus procesos conceptuales. El objetivo es alterar la representación del mundo, pero esto tiene la consecuencia de embotar a toda la sociedad durante mucho tiempo.

Y Juan Aguilar, director del Instituto Español de Geoestrategia, lo resume así:

[Es] ...toda acción que lleva a desarticular el raciocinio de cualquier persona y reemplazarlo por uno que parece lógico pero que es una representación manipulada de la realidad. ¿Como se hace eso?: Introduciendo una idea matriz en la mente de las personas —amigos y enemigos— para que empiecen a creer que es un razonamiento lógico que surge de ellos mismos, como si fueran ideas propias.

La guerra cognitiva crea en las mentes una visión distorsionada de la realidad. Unos son más manipulables que otros, unos ven A donde otros ven B, así consiguen manipular a muchos, pero no a todos y provocan división social y polarización.

Soluciones

Estos conflictos necesitan mantener el miedo: «Que viene el lobo y se comerá a los corderitos». Las guerras se mantienen mientras la población tiene una percepción favorable y los fabricantes de armas obtienen ganancias.

A nivel individual deberíamos:

  • Estar atentos, be aware. Educarnos.
  • Desarrollar nuestro ojo crítico ante las noticias.
  • Buscar confirmación en fuentes originales.
  • Difundir mensajes o cadenas solo cuando estemos seguros de su veracidad.

¿Que deberían hacer los gobernantes?:

La mejor solución es prevenir los conflictos y no inventarlos. Después, mientras hay diálogo, hay esperanza. Los conflictos se solucionan mientras hay diálogo sincero entre las partes y, cuando no hay diálogo, es necesaria una autoridad superior que dictamine o haga de mediador, como los Comités internacionales o la ONU. Sin embargo, el Comité de Seguridad de la ONU ha perdido efectividad porque los grandes peleadores tienen derecho a veto.

Perdedores y ganadores. Si nos planteamos la pregunta ¿quién ganará, EE. UU. o China? Podremos responder que cuando 2 se pelean todos pierden, menos los fabricantes de armas.

Nunca es beneficioso para un país dejar que una operación militar se prolongue por mucho tiempo (Sun Tzu, II).

La solución pasa en 2023 por una paz de intereses negociada entre Estados Unidos y China; en ella están avanzando —entre tropiezos— con continuas reuniones entre altos cargos de ambos gobiernos.

Ucrania, Taiwán...

En ese contexto de coexistencia belicosa China-EE. UU. es muy probable que la guerra en Ucrania termine con una paz negociada con China antes de las elecciones presidenciales en EE. UU., a finales de 2024.

Sin embargo, las aspiraciones sobre Taiwán son irrenunciables para el Gobierno chino, las utiliza para unir al pueblo del interior frente a un enemigo externo y por motivos culturales; defender Taiwán es de interés para EE. UU. porque en Taiwán se fabrican el 60% de los superconductores de todo el mundo y el 90% de los más avanzados, justo los que utilizan los drones y las armas nuevas. Por si acaso, EE. UU. tiene establecidos en la zona 100,000 soldados, 160 bases militares y la 7ª flota. El despliegue de medios militares por ambos bandos es espectacular —de espectáculo TV— mientras que la guerra por Taiwán es comercial, tecnológica, psicológica, y será lenta.

La guerra moderna se basa en la ignorancia, en difundir falsedades para alimentar el miedo. El objetivo de la guerra moderna es la guerra en sí, es el negocio de compraventa de armas. Las armas no son gratis, el negocio de las guerras actuales es traspasar dinero desde nuestros impuestos hacia los fabricantes de armas.

Cuando las partes firman la paz, todos ganamos, menos los fabricantes de armas.

Notas

1 Peralta, L. A. (2023). Las claves del boom de la industria de defensa en Europa para 2023. Cinco días.
2 Fernández, J. J. (2023). Defensa planea pertrecharse con un nuevo corredor industrial militar en el mayor ciclo inversor de su historia. El Periódico.
3 EuropaPress (2023). El Gobierno aumenta hasta 6.270 millones el gasto de proyectos para modernizar las FAS.
4 Ver testimonios de los mercenarios en los videos: Mercenarios de Colombia en Irak y Afganistán piden ser reconocidos como veteranos y en Inteligencia Artificial: Guerra cognitiva, amenazas híbridas y acciones de desinformación.