Les contaré la historia de un grupo de personas comprometidas en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos, especialmente el derecho a la vivienda.

Se conocían desde hacía años, necesitaban un espacio independiente, para movilizarse más y que para realizar investigaciones o proyectos. Una red de organizaciones populares capaz de analizar, intercambiar y compartir experiencias, con un amplio horizonte estratégico, para dar respuestas efectivas a la crisis de la vivienda y no a construcciones ideológicas.
En definitiva, contribuir de forma concreta a la construcción de otro mundo posible.

20 años después, la Alianza Internacional de Habitantes (AIH), no sólo está viva, sino que ya ha lanzado el guante al impacto de la Inteligencia Artificial.

AIH: un "Animal Colectivo de Nuevo Tipo" como siempre mencionó Cesare Ottolini

Uno de los fundadores, Cesare Ottolini, coordinador mundial de la AIH, recuerda, "Al principio, la idea era que HIC, la ONG fundada en 1976 en Hábitat I, pudiera apoyar estas estrategias populares".
Con esta propuesta, explicitada en 2000, en Ciudad de México, en la primera Asamblea Mundial del Hábitat, asumió importantes responsabilidades, de coordinador europeo a coordinador mundial hasta 2002.
A pesar de contar con el apoyo de la mayoría de los miembros activos de HIC, fue bloqueada por ONGs interesadas en proyectos más que en movilizaciones.
De ahí la decisión de seguir adelante de todos modos, confirmada en estrategias populares de 2022, en el Foro Social Europeo de Florencia, y la preparación de la reunión fundacional.

Internacionalismo en el ADN, la fuerza en el activismo y los principios compartidos

Fue el 12 de septiembre de 2003, cuando una docena de activistas de organizaciones de habitantes, sindicatos de inquilinos y cooperativas de todos los continentes se reunieron en Madrid, para formar la Alianza Internacional de Habitantes (AIH). La Carta de Principios Fundacionales subraya la importancia de reforzar la voz de los sin voz, desde el ámbito local al mundial, como herramienta estratégica para construir y consolidar lazos de solidaridad indispensables para proteger el derecho de los habitantes a ser constructores y usuarios de las ciudades.

Así, al principio del movimiento altermundialista, nació el AIH, una red, o más bien, un extraño animal colectivo, de los primeros en estructurarse sobre el activismo: sus patas firmemente ancladas localmente, su cabeza bien atenta a los desafíos globales.
Unione Inquilini (Italia), CONAM, (Brasil), UCISV-Ver (México), CENCA (Perú), CERPAC (Senegal), entre otras, sentaron las bases de una red que hoy agrupa a más de un centenar de organizaciones y movimientos sociales de habitantes de todos los continentes, comunidades, inquilinos, propietarios de su vivienda, sin techo, chabolistas, cooperativas, pueblos indígenas y barrios populares de diferentes regiones del mundo.
Un comité de coordinación, formado por representantes de todos los continentes, ha sido capaz de hacer crecer este movimiento intercultural, inclusivo, autónomo, independiente, autogestionario y solidario.

Mumbai, Foro Social Mundial 2004, lanzamiento de la campaña mundial "Cero Desalojos"

Con este ADN internacionalista, no es casualidad que el AIH forme parte de los procesos promovidos por la Asamblea Mundial de Ciudadanos por un Mundo Responsable y Solidario y el Foro Social Mundial haciendo suyo el lema "Otro mundo es posible".

Ottolini lo recuerda como si fuera ayer: "En aquel almacén de Bombay, sede del Foro Social Mundial, que solía utilizarse para Bollywood, el 16 de enero de 2004 decidimos lanzar un reto que dejaría huella: Cero Desalojos, escrito en una pizarra, diseñando una estructura basada en antenas locales, puntos de referencia unitarios fundados en el activismo y la responsabilidad".
Dado que el derecho a la vivienda debe ser para todos, ninguna persona debe ser desalojada. Si es necesario un realojo, deben encontrarse previamente soluciones de vivienda dignas, seguras y acordadas con los habitantes afectados. Esto implica el cumplimiento del artículo 11 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, con especial referencia a la Observación General nº 4 del Comité de Derechos de la ONU (1990).

Gracias a este enfoque inflexible, la Campaña Cero Desalojos ha impactado en todos los continentes, articulándose en varios niveles, determinados por el grado de adhesión y movilización de las organizaciones implicadas a nivel local y la gravedad del caso abordado.

¿Instrumentos? Un sistema de alerta internacional con antenas locales, llamamientos a la solidaridad internacional con peticiones y sentadas ante embajadas, intercambios de experiencias de organizaciones populares, implicación del sistema de la ONU con misiones y recursos utilizando el Protocolo Facultativo del PIDESC. Destacan las alianzas con gobiernos progresistas como Venezuela y con autoridades locales, como Bobigny, en el cinturón rojo de París y Roma, para poner en marcha los "territorios libres de desalojos" oponiéndose a los tribunales administrativos.

Desalojos Cero ha contribuido a detener cientos de miles de desalojos en todo el mundo, muchos millones si tenemos en cuenta las moratorias durante la pandemia de COVID de 2020-2022 en muchos países, enérgicamente exigidas y obtenidas a través de la movilización de la Campaña Cero Desalojos por Coronavirus y el apoyo de las directrices emitidas por el relator de la ONU sobre el derecho a la vivienda a cuya redacción, aplicación y seguimiento contribuyó activamente el AIH.

Una campaña que cada año, a lo largo del mes de octubre, da lugar a las Jornadas Mundiales Cero Desalojos, con iniciativas locales e internacionales en todos los continentes.

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El arma del Tribunal Internacional de Desalojos

Entre otras, mencionamos el Tribunal Internacional de Desalojos (TID), creado por la AIH en 2011, para sentar por fin en el banquillo de los acusados a quienes desalojan, no a los desalojados. Este tribunal de opinión sin precedentes ha organizado hasta ahora 9 sesiones temáticas y territoriales en todos los continentes, desde Ginebra a Milán, pasando por Salvador de Bahía, Nueva York o Taipéi. La última fue sobre la crisis climática en la COP 25 (Santiago de Chile-Madrid, 5-8 diciembre 2019), mientras que las próximas serán TID Asia (FSM Katmandú, 15-19/02/2024 y la TID sobre violencia de género (Buenos Aires, 31 octubre - 02 noviembre 2024).
La experiencia ha demostrado que se trata de un arma poderosa. Las recomendaciones del TID a las instituciones responsables han conseguido, en muchos casos, fomentar el diálogo entre las partes en conflicto, sentando las bases para abordar positivamente situaciones concretas de crisis.
Es el caso, por ejemplo, de la sesión de la TID de 2016 en Guayaquil, celebrada en paralelo a Hábitat 3, a pesar de la prohibición policial, cuya segunda sesión, en 2021 marcó el éxito de las recomendaciones, incluso con la aprobación de una ley para proteger a las más de 5.000 familias bajo desalojo.
Otro éxito de la ITE es la suspensión de los desalojos del pueblo Sengwer del bosque de Embobut (Kenia), amenazado por el proyecto WaTER de la Unión Europea, bajo la etiqueta "conservar la naturaleza". Las recomendaciones de la sesión sobre la crisis climática ayudaron a establecer una moratoria de los desalojos a partir de 2019.

Desalojos cero por emergencia y arraigo de políticas alternativas. Propuestas de la AIH: Fondos Populares para Tierra y Vivienda, servicios públicos y regulación del mercado

De la resistencia a las políticas alternativas.
Entre los ejemplos más eficaces se encuentran la Campaña Cero Desalojos ¡W Nairobi! apoyada junto a la Red Parroquial de Kutoka y con la carismática figura del misionero comboniano Padre Alex Zanotelli. Para consolidar la moratoria obtenida de 300.000 desalojos, la campaña consiguió que se anularan los 40 millones de euros de la "deuda" de Kenia con Italia, y qué parte de ellos se destinaran a la mejora de la barriada de Korogocho.

Esta victoria impulsó la movilización y la propuesta de creación de los Fondos Populares para la Tierra y la Vivienda alimentados, en particular, por los recursos liberados por la condonación de la deuda de los países empobrecidos, a menudo injusta e impagable, para financiar políticas de vivienda basadas en la vivienda como derecho y servicio público y social, no como mercancía. Es decir, por la vivienda pública y cooperativa. La movilización por los servicios públicos cobró mayor impulso junto con la Internacional de Servicios Públicos y otras redes con el lanzamiento en Santiago de Chile en 2019 de El futuro es público: Manifiesto mundial por los servicios públicos . Con el mismo objetivo de sacar la vivienda del mercado especulativo, movilizaciones a favor de normativas que prohíban los desalojos sin una vivienda alternativa adecuada y a favor de la (pacificación) y regulación del mercado. No sólo a nivel nacional, sino también regional, en particular con la aprobación de la Resolución del Parlamento Europeo de 2021.

La Universidad Popular Urbana: habitantes y profesores coproducen conocimientos

¿Cómo socializar esta riqueza de contenidos sin distorsionarla con planteamientos académicos? La respuesta fue la creación de la Universidad Popular Urbana que practica y teoriza la coproducción de conocimientos a través de una relación igualitaria entre líderes sociales y académicos. La investigación y las publicaciones son así fruto de la formación, realizada con la prioridad de ofrecer herramientas para la resistencia de los habitantes a las políticas de vivienda y urbanismo basadas en el neoliberalismo, centradas en cambio en los derechos humanos y la dignidad. Entre las iniciativas mas relevantes se encuentran los convenios de colaboración e intercambios internacionales de habitantes con la Universidad de Buenos Aires, Lima y Santo Domingo.

Dar la palabra a los ciudadanos, en el ámbito nacional e internacional

Desde el principio, para cumplir esta misión que parecía imposible, la AIH se dotó de herramientas innovadoras para la época, apoyándose casi exclusivamente en el activismo, no en proyectos millonarios. Primero un sitio web Habitants en cinco idiomas, 26 boletines regionales en otras tantas lenguas, que conectan a más de 130.000 usuarios en más de 100 países.
Posteriormente, se crearon páginas FB temáticas y regionales, pero el verdadero boom social y del zoom fue hacer frente a las restricciones provocadas por la pandemia de COVID.
¿Con qué recursos? Principalmente activismo, incluido el de una extraordinaria red de más de 120 traductores/intérpretes voluntarios.

Caminar juntos por la Senda Urbana y Comunitaria, independientes y en diálogo

La Vía Urbana y Comunitaria, señal prestada por los amigos y compañeros de La Vía Campesina, es la estrategia que está comprometiendo a la AIH a coordinarse con otras organizaciones que persiguen los mismos objetivos. Por ejemplo, al fundar con otros, la Plataforma Mundial por el Derecho a la Ciudad y desarrollando la colaboración, entre otros, con la Internacional de Servicios Públicos, Droit à l'Energie y el Encuentro Mundial de Movimientos Populares con el Papa Francisco.

Esta estrategia unificada puso en práctica las sesiones de la Asamblea Mundial de los Habitantes desde la segunda celebrada en el FSM de Dakar en 2011, tras la de Ciudad de México en 2000, hasta las posteriores celebradas en el FSM de Túnez en 2013 y 2015.

Este enfoque permitió desarrollar la independencia y la influencia de los habitantes frente a otros actores, no sólo los arquitectos financieros e institucionales de la crisis de la vivienda, del FMI al Banco Mundial pasando por el Banco Asiático de Desarrollo, sino también frente al sistema de la ONU.

La AIH siempre ha desarrollado una colaboración positiva con el Relator de la ONU sobre el derecho a la vivienda, desde Miloon Kothari hasta Raquel Rolnik, desde Leilani Farha hasta Rajagopal, el actual Relator. Sin embargo, mientras que el trabajo de los relatores de la ONU se ve muy limitado por unos presupuestos modestos, ONU Hábitat tiene un impacto real gracias a los importantes presupuestos de los Estados y multinacionales con los que colabora en partenariado.
Estas fueron las premisas de Hábitat 3, la Cumbre sobre el Hábitat organizada cada 20 años por la ONU, que marcó en Quito en 2016 un verdadero punto de inflexión en la relación entre ONU Hábitat y las organizaciones sociales.

Borradas las referencias al derecho a la vivienda en la Agenda Hábitat aprobada en Estambul en Habitat 2, la Nueva Agenda Urbana (NAU) acepta precisamente los paradigmas neoliberales causantes de la crisis global de la vivienda y el medio ambiente: un desarrollo urbano sin límites, motorizado por las ciudades y favorecido por los partenariados público-privados. Una relación subordinada a las políticas desarrollistas de las corporaciones multinacionales, empeñadas en financiarizar y privatizar los recursos.
Por ejemplo, si hablamos del agua, mientras las organizaciones populares junto con la AIH hacían campaña contra los desalojos provocados por las presas para privatizar las aguas del río Narmada, en la India, ONU-Hábitat firmaba un acuerdo de asociación con Coca Cola, también en la India.

"Según estimaciones realistas, hay al menos 70 millones de personas bajo desalojos en todo el mundo. Sin embargo - denuncia Ottolini - no existe un indicador de 'Desalojos' para medir el Objetivo de Desarrollo nº 11, que ahora ha fracasado, ya que, en lugar de disminuir, las personas sin hogar y mal alojadas son ahora mas de 1.600 millones". ¿Por qué?, se pregunta: ONU-Hábitat ha decidido disolver el Grupo Asesor sobre Desalojos Forzosos (AGFE), el grupo de expertos internacionales, del que también formaba parte la AIH, que se había creado con el objetivo de verificar sobre el terreno cómo hacer frente a los desalojos? Quizá por sus éxitos".

Estas son las razones de peso de la reacción de las organizaciones sociales para organizar con éxito el Foro Social Re-Existencia para Hábitat 3 del que la AIH fue uno de los principales promotores. El Manifiesto de Quito articula un pensamiento crítico y una verdadera Agenda Solidaria de los Habitantes que sigue siendo una fuerte referencia.

Participación independiente en las distintas ediciones de Africities, el lanzamiento de la Red de Habitantes del Mediterráneo, las numerosas iniciativas en América Latina, prepararon el terreno para el verdadero florecimiento de los encuentros internacionales, que estalló con la pandemia del COVID, y condujo a la realización de Asambleas de Habitantes en todos los continentes. Hasta la fecha, nos encontramos ya en la séptima sesión mundial, celebrada en Ciudad de México en el marco del FSM 2022, en un formato híbrido a partir de ahora.
Más de 1.100 activistas comprometidos, de todos los continentes.

La AIH mantiene su independencia gracias a los recursos de las organizaciones sociales y al liderazgo de los activistas

"¿Cómo nos financiamos? Millones de euros al año no bastarían - confiesa Ottolini - estamos orgullosos de basar nuestras acciones en principios compartidos, en la puesta en común del capital social y en el activismo de nuestros miembros, que es muy apasionado. Es coherente con la necesidad y la importancia de que los habitantes recuperen su propia voz, con su propia estructura, para poder incidir directamente, sin tener que someterse a las obligaciones que puedan derivarse de la financiación de entidades relacionadas, más o menos directamente, precisamente con los causantes de la crisis inmobiliaria. Es agotador, pero esta independencia, que no tiene precio, nos hace expresar realmente nuestra solidaridad y profesionalidad." "Cuando conseguimos apoyo financiero, siempre es sobre la base de una asociación igualitaria - subraya Ottolini - porque si alguien pone los recursos financieros, la AIH pone mucho más: el compromiso, la solidaridad de personas reales, la capacidad de resistir con propuestas alternativas."

El reto de la Inteligencia Solidaria de los Habitantes a la Inteligencia Artificial

Gracias a este enfoque independiente, que alimenta la frescura y el conocimiento de 20 años de compromiso sin fronteras, la AIH fue la primera red en alertar sobre el impacto negativo de la Inteligencia Artificial en la vivienda y los territorios, la herramienta de la 4ª revolución industrial basada en el "capitalismo cognitivo".

El 31 de octubre de 2023, en el marco de los Días Mundiales Cero Desalojos, la AIH organizó la primera [Conferencia Internacional "El Desafío de la Inteligencia Artificial]( para el Derecho a la Vivienda".

Los informes de expertos, profesores e investigadores, así como el de Rajagopal, relator de la ONU sobre el derecho a la vivienda, desvelaron el peligro que se esconde tras los efectos especiales, analizando cómo nos adentramos ya y cada vez más rápidamente en los mecanismos de la IA. Se trata de las plataformas inmobiliarias digitales, cuyos algoritmos inflan los precios, impulsan la financiarización y amplifican la discriminación social, de género y racial. Pero también la administración de justicia, cada vez más automatizada sobre la base de un enfoque conservador y reaccionario de la defensa de los derechos humanos. Para llegar a la gobernanza de las ciudades, de las "ciudades inteligentes" a las "ciudades automatizadas", es decir, ejercidas por algoritmos que responden a las necesidades del presupuesto, es decir, al beneficio de los inversores, y no a la primacía constitucional de los derechos y la democracia.

El modelo más extremo es El proyecto Line, una ciudad lineal de 170 km en construcción con una inversión de 500.000 millones de dólares en Arabia Saudí, que ya ha provocado el desalojo de 20.000 personas. ¿Derechos? Garantizados sólo a inversores y robots, la primera fue Sophia en 2017, que puede obtener la ciudadanía gracias a la reciente modificación de la Constitución.
"Hemos asumido y relanzado el reto", anunció Ottolini, "hemos creado un grupo de trabajo multidisciplinar que, partiendo del punto de vista de los habitantes, recopilará, sistematizará y analizará esta información, la pondrá a disposición, definirá los instrumentos de defensa adecuados y formará a las organizaciones de habitantes. Especialmente, pero no sólo, a la generación más joven".

Como el reto concierne a todos, estamos hablando con otros sectores sociales y sindicales afines. Se trata de repensar y movilizar las re-existencias de los habitantes, que pueden apoyarse en la Inteligencia Solidaria, potencialmente mucho más fuerte que cualquier algoritmo o robot. En cambio, si nos conformamos con ser resilientes, como sugiere el mantra neoliberal, acabaremos como las cucarachas que llevan 300 millones de años en la Tierra, es decir, acabaremos sometidos a los dueños de la IA, si no a la IA misma.