La antigua casa Rectoral de la parroquia de Grandas de Salime se reformó en 1989 y fue la primera sede de la colección del Museo Etnográfico en su actual ubicación. Las obras de restauración introdujeron pequeñas modificaciones en el aspecto externo del edificio y cambios de mayor envergadura en el interior, que fue necesario adaptar a su nueva función. Algunas de las puertas de las salas proceden de la Casa Guzmán de Samartín de Ozcos.

La casa Rectoral fue construida en 1814 sobre el solar de otra más antigua, derribada a causa de su mal estado. La reedificación de la casa Rectoral era ya una necesidad a fines del siglo XVIII. Sin embargo, la obra fue retrasándose, primero, por falta de dinero y, más tarde, a consecuencia de La Guerra de la Independencia, tras cuya conclusión dio comienzo la construcción del edificio que llegó hasta nosotros.

En el Libro de Fábrica de la parroquia se anota en 1814 un gasto de “1.711 reales y 21 maravedíes que de los fondos de la fábrica tomaron los feligreses para dar principio a la casa Rectoral”. Los trabajos duraron varios años, con un coste total de 16.513 reales. Se destinaron 7.643 reales a la adquisición de materiales: “mil y sesenta palmos de tabla”; “vigas, maderas gruesas, viguetas, columnas y canteados”; “clavos de todo género, bisagras de todas clases, picaportes y cerraduras”; “la losa y su conducción”; “la cal y la arena con su conducción” y “la cantería labrada para las puertas y ventanas”. Los jornales de carpinteros, canteros y herreros ascendieron a 8.870 reales.

La primigenia casa Rectoral disponía de un hórreo que fue derruido en los primeros años del siglo XIX. En una sociedad de base campesina, estas construcciones resultaban imprescindibles para garantizar el almacenamiento y la conservación de los productos, razón que condujo a la parroquia en 1828 a reemplazar el hórreo desmantelado empleando “ochocientos reales que costó la panera u orrio que se halla en el corral de la rectoría para recoger el pan de diezmo, que no se podía pasar sin ella, tasola y preció el carpintero don Manuel Cotarelo, vecino del lugar de Balmaior [Bormaior] en dicha cantidad”. El nuevo hórreo se trajo del pueblo de Malneira, localizado a 5 km de Grandas de Salime, y se tuvieron que pagar 112 reales por desarmarlo, acarrearlo y conducirlo hasta la casa Rectoral, en cuya operación “se emplearon veinte carros”. Por último, se gastaron 367 reales en armar el hórreo y construir una cuadra o bodega debajo de él, así como en pagar cinco carros de losa que se trajeron desde Pelorde (Pezós, Asturias), doscientos clavos de losar y la tabla para cubrir la cuadra. Este hórreo y su bodega se derribaron en los primeros años del siglo XX.

El edificio rectoral decimonónico responde plenamente a los criterios de la arquitectura popular de la comarca. El material constructivo básico, y casi exclusivo, es la pizarra, empleada en la mampostería de los muros, el recercado de los vanos y las cubiertas. La carpintería es de madera de castaño y, en menor medida, de roble. Los paramentos externos se encuentran enlucidos, acabado eminentemente funcional que favorece la impermeabilización de las paredes y que se encontraba sólo al alcance de los propietarios más pudientes. La distribución de la casa, previa a su reforma para museo, reservaba la planta alta para vivienda, con lareira o cocina, sala, dormitorio, despacho para el párroco y un par de cuartos; mientras que en el piso inferior se localizaban las cuadras y la bodega.