En la árida costa meridional peruana, entre aproximadamente el 200 a.C. y el 650 d.C., se desarrolló Nasca, una de las culturas más fascinantes y enigmáticas de los Andes prehispánicos. Desde su descubrimiento a inicios del siglo XX, Nasca ha deslumbrado al mundo por su llamativa cerámica y sus finos tejidos, así como los enormes dibujos conocidos como líneas o geoglifos que fueron plasmados sobre las pampas, cuya naturaleza y función ha sido materia de grandes debates.

A partir de una representativa selección de cerámica, tejidos y objetos en metal, exhibidos junto a materiales en contexto, esta exposición narra la historia de la gente que pobló la cuenca del Río Grande de Nazca hace dos mil años.

El Espacio Fundación Telefónica acoge la muestra Nasca. Buscando huellas en el desierto, organizada por el Museo de Arte de Lima (MALI) y el Museo Rietberg de Zúrich en cooperación con la Bundeskunsthalle en Bonn y Fundación Telefónica. Y en cooperación científica con el Instituto Arqueológico Alemán y la Fundación Suiza-Liechtenstein para Investigaciones Arqueológicas en el Extranjero (SLSA).

Comisariada por Cecilia Pardo, subdirectora del Museo Mali y el curador del Museo Rietberg Peter Fux, la exposición supone una oportunidad única para conocer de cerca la naturaleza y significado de esta enigmática cultura a través de piezas de enorme relevancia. Además, ofrece una serie de herramientas tecnológicas (mapping, realidad virtual, animaciones, etc.) que permiten al espectador una experiencia novedosa gracias a una museografía que pone énfasis en la divulgación a través de los recursos digitales.