El pasado mes de octubre, durante la presentación de la 99º edición del Giro de Italia, uno de los ciclistas más carismáticos de los últimos tiempos, el italiano Ivan Basso, puso fin a su carrera deportiva. En ella, ha tenido buenos y malos momentos, como todo aquel que ha competido en el mundo del ciclismo, pero sobre todo ha sabido vencer en un último y exigente puerto de montaña: un cáncer testicular que le privó de ayudar a Alberto Contador en el Tour de Francia. Superado este lance, ahora se dedicará a enseñar y a ayudar en todo lo posible a su hasta ahora equipo, el Tinkoff-Saxo Bank.

“El terrible”, como se le conoce en el deporte de las dos ruedas, ha tenido una notable trayectoria. Empezó a destacar y a ser un excelente corredor en las filas del Fassa Bortolo, donde se alzó con el maillot de mejor joven en el Tour de Francia del año 2002. Fue undécimo ese curso, pero tal premio le hizo pensar en cotas más altas. A la temporada siguiente finalizó la ronda gala en séptima posición y ya en 2004, en el Team CSC, accedió al tercer cajón del pódium de París, ganando además su primera etapa, en la estación de esquí de La Mongie, dentro del más que conocido Tourmalet.

2005 significó la primera gran incursión en el Giro de Italia de Basso, donde no logró la victoria, pero dejó su impronta en la ronda transalpina con dos triunfos de etapa. En el Tour alcanzaría el segundo puesto, solo por detrás de un Lance Armstrong que ganaría su séptimo entorchado consecutivo. Después, en 2006, todo el pelotón le vio como el máximo favorito para las grandes vueltas, y no decepcionó a las expectativas creadas. Lograría ser profeta en su tierra, ya que materializó su primera maglia rossa y además arrolló a sus rivales al lograr sumar cuatro éxitos parciales. Pero, por desgracia, no es oro todo lo que reluce, y el mes de junio de ese año marcaría un antes y un después en la vida del varesino.

Y es que por aquel entonces se destapó la ‘Operación Puerto’, un duro golpe contra el dopaje en el ciclismo en el cual el corredor italiano se vio implicado. Apodado como ‘Birillo’ o ‘Número 2’, fue excluido del Tour de Francia y, posteriormente de su equipo, el Team CSC. A partir de ese momento, y a pesar de su fichaje por el potente Discovery Channel de Johan Bruyneel, Basso sufriría un calvario que duró dos años y que coincidió con su expulsión del ciclismo profesional. El transalpino finalmente confesaría al Comité Olímpico Italiano (CONI) que disfrutó de los servicios de Eufemiano Fuentes, médico de la trama.

Tras cumplir la pertinente sanción, Ivan Basso volvería al ciclismo a finales del año 2008, firmando por el equipo Liquigas, con el que logró ser tercero en el Giro (tras las descalificaciones de Danilo Di Luca y Franco Pellizotti) y cuarto en la Vuelta a España del 2009. En el curso siguiente, el de Gallarate se alzaría con su segunda y última maglia rossa, y además cuajó una sensacional actuación en la subida al monte Zoncolan, una de las cimas más míticas y terribles del ciclismo profesional.

En los años posteriores, Basso seguiría siendo un corredor importante dentro del pelotón internacional, pero ya no tendría el brillo que tuvo tiempo atrás. Un octavo puesto en el Tour de Francia de 2011 y un quinto lugar en el Giro de 2012 fueron sus últimos resultados de éxito. Continuaría su carrera en un Liquigas que pasaría a denominarse Cannondale y a medida que transcurrió el tiempo tuvo un rol cada vez más residual, hasta que fue contratado por el Tinkoff-Saxo Bank de Alberto Contador, donde finalizaría sus días como deportista de élite ayudando al pinteño a lograr su segundo entorchado en la ronda italiana (tercero si contamos el que logró cuando estuvo sancionado).