Daniel Berque y Serge Brison son un dúo de fervientes aficionados al automovilismo, empeñados en descubrir y restaurar momentos perdidos de un deporte que les apasiona. «For The Thrill of Speed» (La emoción de la velocidad) presenta una colección de extraordinarias fotografías en blanco y negro, obra de afamados fotógrafos, que reflejan las azarosas vicisitudes de pilotos legendarios.

En la M.A.D.Gallery de MB&F somos incondicionales del automovilismo y el trabajo de Berque y Brison nos tiene enamorados. Las fotografías que componen la colección cumplen todos los requisitos para que así sea: son obras de arte que no solo contribuyen a conservar la historia de las carreras automovilísticas, sino que también conmemoran los gloriosos comienzos de este emocionante y atractivo deporte.

Esta selección de seis imágenes ofrece una mirada retrospectiva del periodo comprendido entre 1925 y 1963, una época de grandes cambios para el automovilismo, y refleja con emoción los triunfos y desventuras ocurridos en varias pruebas automovilísticas, como las famosas 24 Horas de Le Mans. Cada una de las fotografías captura un instante y cuenta una historia memorable de los pioneros del automovilismo, desde hazañas heroicas en la línea de meta hasta choques espectaculares.

Debemos la mayoría de estas imágenes originales al talento del renombrado fotógrafo francés René Pari. Nacido en 1913, Pari gozó de reconocimiento por su perfecto dominio de la técnica y su extraordinaria habilidad para disparar en el momento óptimo. Berque y Brison consiguieron los preciados negativos de Pari y los sometieron a un delicado proceso de restauración para devolverles su esplendor.

En la imagen On the Road to Victory - Alfonso de Portago - Tour de France 1956, Pari consigue detener el tiempo y transmitir la emoción de la velocidad. Esta impactante composición pone de relieve la potencia del Ferrari 250 GT nº 73 (chasis 0557GT) acentuando el contraste entre el difuminado de la carretera y la nitidez del sensual automóvil.

Para captar esta icónica imagen, Pari tuvo que asomarse desde un coche de prensa sujetando una Rolleiflex de dos objetivos, todo un reto técnico. La presencia de los legendarios pilotos Alfonso de Portago (España) y Edmund Nelson (EE. UU.), que se aseguraron la primera plaza en el Tour de Francia Automovilístico de 1956, no hace sino acrecentar la fama de esta fotografía. Ambos fallecieron en un trágico accidente en la Mille Miglia de 1957.

«Sin duda alguna, estas obras dan fe de una gran pericia técnica y una verdadera mirada artística: pilotos pioneros inmortalizados por fotógrafos pioneros», explica Berque.

Maestro de la fotografía, Pari tomó la conmovedora Achille Varzi - Spa 1947 con una cámara Graflex Speed Graphic, una máquina compleja que para funcionar correctamente requería, entre otras operaciones, reemplazar la placa de 4×5 pulgadas por una nueva antes de cada exposición. Esta fotografía refleja la determinación y la concentración del piloto italiano Achille Varzi, rodeado por un público entusiasta en el X Gran Premio de Bélgica (VIII Gran Premio de Europa). Su Alfa Romeo 158, apodado Alfetta, es un bólido fundamental en la historia automovilística, pues ganó 47 de los 54 grandes premios en los que participó.

Such is Life in Racing - Le Mans 1954 muestra un desafortunado incidente protagonizado por el conde Innocente Biaggio (Italia) y el playboy Porfirio Rubirosa (República Dominicana), quienes conducían el Ferrari 375 MM nº 18 (chasis 0380) de Luigi Chinetti, fundador del North American Racing Team, la avanzadilla de Ferrari en Estados Unidos. Cerca de la célebre curva de Mulsanne de las 24 Horas de Le Mans, perdieron el control del vehículo y acabaron metidos en un banco de arena. Biaggio no dudó en ponerse a cavar con una pala para sacar el Ferrari de allí y volver a la carrera, todo ello vestido con un traje de alpaca gris claro, camisa de seda y pajarita negra: ¡eso es tener clase!

Al cabo de una hora, tuvo que darse por vencido; se sacudió los pantalones y los zapatos, se puso el sombrero y encendió un cigarrillo. Pari se encontraba en el lugar y el instante precisos y captó este peculiar momento de la historia del automovilismo.

El relato continúa dentro y fuera de la pista. Expresamente restaurada para la ocasión, la anónima Mont Ventoux 1925 nos transporta al sur de Francia, donde, en el año 1925, una Linhof Technika Master captó magistralmente a un Delage DF subiendo un repecho. Las carreras de coches no están exentas de momentos dolorosos: Such is Life in Racing - Reims 1951 nos muestra el arrojo y la perseverancia del piloto Consalvo Sanesi, que empuja un Alfa Romeo 159 nº 6 tras un fallo mecánico.

Estos momentos de automovilismo en estado puro no siempre ocurren en la pista: en Behind the Scenes - Le Mans 1963 asistimos a la preparación secreta del equipo Porsche para las 24 Horas de Le Mans de 1963.

«La mecánica es fundamental en el automovilismo, pero el tema principal son las relaciones humanas. Detrás de toda aventura hay hombres y mujeres», explica Berque. De cada negativo se ha obtenido una serie limitada de 21 impresiones fotográficas, con certificado de autenticidad y número de serie holografiado. Se trata de impresiones en papel de calidad museística, montadas con Diasec —una lámina acrílica antirreflectante de gran calidad— y marco de aluminio.

Empeñados en descubrir negativos raros e inaccesibles de temática automovilística, Berque y Brison se embarcaron en un singular proyecto. A lo largo de los últimos diez años, han buscado incansablemente joyas escondidas de la fotografía, estampas en las que todos los elementos encajan perfectamente. En sus viajes por todo el mundo en busca de piezas excepcionales, en especial placas de cristal, han examinado cientos de miles de negativos y adquirido solo los más sobresalientes.

Una vez seleccionado un negativo, el objetivo es obtener lo mejor del original aplicando los avances tecnológicos actuales. Para ello, en primer lugar, un brillante equipo de restauradores se encarga de eliminar las marcas del paso del tiempo, como rotos, arañazos, cortes, dobleces y manchas, mediante técnicas específicas para cada tipo de problema. Muchas veces esto supone una enorme cantidad de trabajo y de tiempo. Dependiendo del tipo de negativo, su antigüedad y su estado de conservación, la restauración puede llevar desde unas pocas horas, en el caso de un negativo de gelatina, hasta varias semanas, en el caso de una placa de cristal muy dañada. El trabajo culmina con la impresión del negativo, una etapa determinante para enmarcar correctamente la obra del artista.

«Respetamos escrupulosamente el negativo del fotógrafo; no nos sentimos con derecho a introducir cambios ni modificaciones en su trabajo —señala Berque—. El carácter excepcional e inimitable de nuestra colección se debe a este respeto absoluto».

Daniel Berque y Serge Brison, fanáticos del automovilismo, se conocieron en el rally Lieja-SofiaLieja de 1995, donde descubrieron que compartían la pasión por el automovilismo y la fotografía. Desde aquel encuentro fortuito, han participado en numerosos rallies —nada menos que seis veces en el rally de Montecarlo— y han puesto en marcha un negocio juntos.

La Art Speed Gallery abrió sus puertas en 2009. «Nos alegra especialmente haber transmitido nuestra pasión a todos los artesanos y artistas implicados en el proceso, una pasión por la excelencia que va más allá de las expectativas del cliente», apunta Berque. La Art Speed Gallery contribuye a la conservación del patrimonio histórico automovilístico y nos invita a emocionarnos con cada una de sus piezas.

René Pari nació en París el 20 de mayo de 1913. En 1935, ejerció de fotógrafo aéreo mientras realizaba el servicio militar. Nada más terminar la Segunda Guerra Mundial, comenzó a trabajar como reportero fotográfico en el diario francés Libération y colaboró con la agencia France-Presse y otros periódicos, como France-Soir y France-Dimanche. Apasionado de las carreras de coches, en 1947 empezó a sacar fotografías en los circuitos, donde conoció a los mejores pilotos de la época y realizó sus mejores obras en placas de cristal.

En 1951, se incorporó al departamento de fotografía de Le Figaro, donde colaboró con el famoso periodista francés Bernard Pivot y tuvo ocasión de fotografiar a grandes artistas, actores y escritores. En 1955, el aficionado al automovilismo y reportero fotográfico era ya un fotógrafo muy reconocido en Francia y a nivel internacional. Falleció en 1974, un par de semanas después de volver de las 24 Horas de Le Mans.