Como decía aquella famosa canción de Will Smith que sonó hasta la saciedad aquí, en Miami, la fiesta en esta ciudad es hasta el amanecer. De lunes a domingo. El buen tiempo propicia que la gente salga a la calle, las noches son agradables y animan a dejar la casa. Además, como aquí la economía no va tan mal, casi todos se pueden permitir salir varios días a la semana. Si eres mujer, mucho más. Aquí las mujeres no pagan. Debe ser una ley no escrita, pero por no hacer, no hacen ni el esfuerzo de sacar la cartera. Sin mas, una mujer no ha de pagar y, si es bonita, menos todavía. Algunas conocidas, que no deben ser muy bonitas o se han dado de bruces con algún turista descolocado, cuando descubren que la cuenta la tienen que pagar a medias deciden no quedar mas con el susodicho.

A lo que vamos. Si lo que se busca es fiesta desenfrenada, a donde hay que venirse es a Ocean Drive. La mítica calle se viste con luces y cochazos cuando cae el sol. Es donde se encuentran los clubes mas famosos y donde van aquellos que quieren fiesta y desenfreno. Desde clubes en la misma playa, shows en directo que abarcan parte de la carretera hasta bailes en las barras. Por supuesto, es la zona mas llena de turistas. Todos los estadounidenses que dejan sus fríos estados y vienen a la cálida Florida acaban en esta calle. Muchas veces hasta en su suelo. Es mas, para algunos, sobre todo los mas jóvenes que ya pueden probar el alcohol, la fiesta suele acabarse bastante antes del amanecer. Lo mejor en esos casos es cogerse un Uber a la casa porque si piensan coger el coche las multas y consecuencias pueden ser desastrosas. Uber se debe estar hacienda de oro en esta ciudad.

Para los que quieran una fiesta mas relajada existe el barrio que nosotros llamaríamos “moderno” y aquí lo llaman el “art distric”. Un lugar lleno de grafitis con bares de un estilo mas europeo. Sitios, normalmente al aire libre, donde se puede fumar y disfrutar del arte y la decoración tan peculiar de los patios. Una música algo mas tranquila donde poder tener una conversación con el de al lado. Como digo, nada parecido a la locura de Ocean Drive. Este barrio suele estar también lleno de turistas, al fin y al cabo estamos en Miami, pero gente que busca otro tipo de diversión. Los bares al aire libre y restaurantes de comida “extravagante” abundan. Hay algunos donde se puede pedir cocodrilo. Algo duro, pero sabroso.

También, algo mas alejado, se encuentran las zonas de los indios y sus casinos. Lugares exactamente igual que como aparecen en las películas. Llenos de maquinitas tragaperras, ruletas y mesas de póquer donde la apuesta mínima puede ser de 50 dólares. Un lugar apasionante donde, con un poco de suerte, se puede hacer algo de dinero. Y, si se es mujer, más aun. Mi recomendación para todas aquellas que vengan de fiesta a Miami es: salid con un hombre que sea de aquí. A los hombres, si se les acerca una mujer, les diría: salid corriendo y no miréis para atrás. A no ser que vengan con bastantes billetes preparados, porque aquí la fiesta no es barata, aunque para mí siempre lo ha sido.