La cultura, la presión social, vínculos familiares excesivos y malas experiencias pasadas son algunos de los factores que indican unos padres sobreprotectores. Los padres que actúan así con sus hijos tienen sus razones y bien fundamentadas para hacerlo. Este padre o madre siente toda una responsabilidad de traer un hijo al mundo y velar porque a este no le suceda nada malo.

Unos padres sobreprotectores afectan a la vida diaria de su hijo y más si este es hijo único. Hay que recordar que nadie en este plan terrenal es eterno y que un ser humano se debe a las relaciones sociales que realice. Lamentablemente son muchos los padres que son protectores en exceso y, en muchos de los casos, estos niños sobreprotegidos terminan siendo reprimidos, con la autoestima baja o con problemas de depresión y de conducta. Los patrones de personalidad van a verse reflejados en él a muy temprana edad, por el hecho de que no se sienten a gusto con las decisiones que toman sus padres.

Muchas veces estos padres empiezan a tener una lucha interior sobre si es que se han equivocado o si es que “el niño le ha salido mal”. Pero, tengamos siempre en cuenta que la educación en un niño es un aspecto fundamental y que estos van aprendiendo comportamientos, no nacen siendo de una determinada manera.

Determinemos cuáles son los patrones de conducta reflejados en estos pequeños:

  • Dificultad en el aprendizaje escolar: en muchas ocasiones, estos niños tienen dificultades para mantener relaciones. A veces son niños muy tímidos, a los que les cuesta iniciar conversaciones e integrarse en grupos, que en seguida que algo no sale como les gustaría se sienten mal y prefieren retirarse… Pongamos de nuevo en el tapete que nadie en este mundo es eterno y que las relaciones sociales son fundamentales en todo ser humano. Este tipo de problemas son los más comunes a lo largo de su vida adulta y se ven reflejados tanto en relaciones amorosas como laborales. Además, otra característica importante que poseen es que su círculo de amistad es pequeño y eso conlleva a pensar que hay algo malo con ellos, lo que daña aún mas su autoestima.
  • La relación con los padres y demás familiares es negativa: al pasar los años y entrar a la vida adulta, pueden darse cuenta de sus problemas para encontrar soluciones a determinadas situaciones y volcar hacia sus padres la culpa de ello. Esta característica es totalmente normal, ya que al hacerlo también culpan a otros de sus propios problemas y no se fijan en ellos mismos para mejorar.
  • Personas dependientes de su zona de confort: esto es algo muy común en adultos jóvenes y es totalmente lógico. Si unos padres limitaron el desenvolvimiento de su niño porque podría de alguna u otra manera hacerse daño, este niño andará por la vida con miedo a que le suceda algo y buscara siempre personas que realicen sus labores o lo saquen de determinadas situaciones por no tener la capacidad de desenvolverse solo.

Recuerda que tu vida es tuya y que al tener una cierta edad no le debes obediencia a tus padres, pero si respeto. Recuerda que ellos solo quieren lo mejor para ti, solo déjales claro que ellos tuvieron su momento de tomar sus propias decisiones y que ahora te toca el turno a ti de hacerlo.