África descolonización artificial

Las noticias en las últimas semanas con respecto a África en las cercanías del Sahel muestran un descontento político marcado por el supuesto de una lucha contra la influencia colonial de Occidente en la región; sin embargo, al mismo tiempo hay un apabullante aumento de la influencia china y rusa en la zona buscando también sus propios beneficios. Esto ha impulsado movimientos políticos y militares en Malí, Burkina Faso y, entre los más recientes, Níger. El común denominador en la mayoría de estos casos, antiguas colonias europeas, francesas principalmente; países con alta dependencia económica vinculada a la exportación de recursos estratégicos, con desarrollo de bajo nivel y una inestabilidad política constante.

En los siguientes gráficos se puede ver el tema de los recursos estratégicos presentes en los diferentes países africanos que son los que finalmente con gran frecuencia exportan a variados mercados alrededor del mundo, pero primordialmente Europa y Asia.

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Este tipo de exportaciones de recursos han convertido a la región africana en una fuente apetecida por diferentes actores del sistema internacional, pero sobre todo por excolonias en la región y, en los años más recientes, por China, India, Rusia, entre otros. Los cuales, viendo desde una perspectiva general, pertenecen a las potencias emergentes que buscan mayor protagonismo en el ámbito internacional por lo que su apertura a mercados no tradicionales les brinda alianzas que en un mediano y largo plazo les podrían dar mucho más soporte en cuanto a sus políticas exteriores, basadas en cuestiones más de ejercicio del poder, pero respaldadas por medidas de carácter económico y comercial que les dan mayor margen de maniobra.

En cuanto a China, de acuerdo con el profesor Roberto Kappel (2021) en su artículo «China’s investments on the African continent - not a savior» menciona que:

La inversión directa de China en África aumentó a un valor de más de $56 mil millones a fines de 2020 (stock). Las entradas de inversiones chinas en el África subsahariana han aumentado. En 2020, ascendieron a 4,200 millones de dólares. Los siguientes países se encuentran entre los principales receptores: Sudáfrica (alrededor del 14%), República Democrática del Congo (12.5%), Angola (6.5%), Zambia (6.5%), Etiopía (5.6%) y Ghana (4.1%) (párr. 3).

De este modo se explica que hay un importante mercado de salida de productos chinos hacia las regiones africanas, lo cual tampoco representa un mercado de tanto valor, pero para tener presencia la constancia les ayuda para ubicarse mejor que otros actores del sistema. Incluso, en términos de crecimiento de influencia en los mercados, a continuación, se puede ver un gráfico que representa ese cambio paulatino en la presencia china con respecto a otros actores en la dinámica regional.

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Fuente: Statista.

De esta forma, se manifiesta que el peso francés existente en gran parte de inicios del siglo XX ha ido sucumbiendo ante el mercado chino teniendo cambios significativos en épocas más recientes. Incluso, solo en el año 2018, en la región exclusivamente del Sahel, China habría invertido poco más de $25 mil millones en infraestructura, explotación de recursos, agricultura, salud y educación, por lo que la dinámica comercial y económica, acompañada de una agenda de desarrollo les brinda muchos beneficios a las acciones chinas en la zona.

Por otra parte, se encuentra Rusia, quien ha buscado fortalecer los lazos con los países de África, y principalmente con el Sahel, en específico se habla de impulsar cooperación en materia militar y de seguridad. Las relaciones rusas con algunos países del Sahel se han establecido a través de acuerdos en un esfuerzo por aumentar la influencia de Rusia en la región, algo que quizás no tenga el abordaje de la prensa como sí lo han tenido los desplantes contra los franceses.

Las relaciones rusas con estos países colaboran para que puedan lidiar con importantes problemas como la seguridad debido a la presencia de grupos terroristas y la inestabilidad en la región del Sahel, pero a la vez les abre un portillo para poder tener más intromisiones en las situaciones internas y favorecer su política exterior incluso de cara a tratar de bajar un poco la atención que se concentra sobre Rusia en su invasión hacia Ucrania y que busca enviar el enfoque hacia otras regiones.

El apoyo que brinda Moscú a los movimientos africanos de Malí, Burkina Faso y ahora Níger le permite tener peso importante sobre una zona que desde hace algunos años ha perdido atención por parte de Occidente. Esto, además, se complementa con que en el Norte del continente tiene fuertes apoyos provenientes de Argelia, que existen fuerzas prorrusas en Libia y que con Mauritania y Chad las relaciones no son tensas, sino que hay apertura a la negociación.

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Incluso, en julio anterior, Rusia desarrolló una cumbre ruso-africana, con la finalidad de firmar acuerdos y beneficios que sirvieran para sus intereses con esta zona. Al encuentro se presentaron 49 delegaciones de países africanos y 17 jefes de Estado de la región, y entre las medidas solicitadas, sobre la mesa se ha puesto el pacto del grano ucraniano para poder resolver crisis alimentarias que la región africana pudiera eventualmente sufrir debido al conflicto, de acuerdo con la medida propuesta se espera que entre 25 mil y 50 mil toneladas de granos se puedan estar enviando hacia la región en los próximos cuatro meses (AP, 2023).

Durante la cumbre entre Rusia y África estuvo presente el jefe del Grupo Wagner, Yevgeny Prigozhin, quien se reunió con representantes de Níger, Malí y la República Centroafricana, entre otras naciones africanas. Se ha planteado que el grupo de mercenarios ha cometido una serie de violaciones a los derechos humanos dentro de esta controvertida zona del Sahel, sin embargo, esta organización está muy involucrada en los procesos de cambios políticos y luchas dentro de la región.

El mapa a continuación muestra algunas zonas donde se conoce de presencia de Wagner, algunas de las cuales están ubicadas cerca del Sahel, donde se incluyen países como Mali y Burkina Faso, pero también se sabe de presencia o influencia en los últimos tiempos en Níger. De hecho, el general Salifou Mody, uno de los oficiales de Níger que tomó el poder en un golpe militar en julio, visitó Mali, para tener encuentros con el liderazgo del grupo mercenario Wagner, que tiene presencia en ese país.

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De este modo, a través del grupo de mercenarios, junto con políticas de Estado propiamente dictaminadas desde Moscú, los rusos logran abrirse espacio en una zona donde los intereses impulsan las dinámicas geoestratégicas para marcar el terreno a las potencias occidentales, incluso desde una perspectiva económica coloca a los países del bloque BRIC (Brasil, Rusia, India y China) en países donde tienen acceso hacia el océano Índico, el océano Atlántico y geográficamente en el medio del continente, todo en movimientos con los gobiernos. Lo que ocurra con la población civil seguirá dependiendo de los gobernantes de turno que no destacan por tener un respeto real por la gente que dirigen y que violentan sus derechos. Al final, aunque se cambie de aliados hegemónicos en inversiones o apoyos políticos, militares y económicos, la dependencia no se acaba y la esencia del «colonialismo» se mantiene y esto será así hasta que los pueblos, no los gobiernos, africanos puedan valerse por ellos mismos y no estar supeditados a una élite que se aprovecha de su situación y los mantiene a base de represión y limosnas.