Las redes sociales son una necesidad que en promedio nos lleva 2 horas y media al día revisar. De esta manera, se han vuelto la principal fuente de distracción, información y comunicación para muchos de nosotros.

En la actualidad aquel que no tenga una red social lo considero un espécimen en peligro de extinción, que en lo personal no entiendo qué hace con su tiempo libre y mucho menos cómo se entera de las noticias sin primero ver un meme al respecto.

Recuerdo que mi primer contacto con una red social fue Facebook, la cual odié en un principio. No la entendía, no le veía el atractivo, pero eso cambió con el tiempo y al día de hoy aprendí a usarla y junto a las demás redes son mis herramientas de trabajo en el marketing digital.

Sin embargo, es imposible ignorar el lado oscuro de las redes sociales, ya que se han desarrollado estudios en donde se demuestra que estas plataformas han aumentado los índices de ansiedad, acoso, mal dormir, imagen corporal y síndrome del impostor.

Esto porque en las redes sociales nos topamos con una constante exposición a la opinión del otro. Todo lo que son los me gustas, compartidos, seguidores son una muestra de la atracción que tiene tu contenido. Y al no conseguir los números deseados, en un tiempo determinado, se vuelve una relación tóxica.

Pero a pesar de todo lo negativo, la expansión de las redes sociales es un hecho. Empresas se han visto en la necesidad de comunicarse por esos medios, así como profesionales que han creado sus redes sociales para exponer sus capacidades, conocimientos y experiencia.

Muchos profesionales se han visto en la obligación de crear una red social para poder impulsar su trabajo y atraer nuevas marcas, alumnos o clientes en general. Dado que las redes son una vitrina virtual que te permite exponer tu trabajo, pero esa exposición puede hacerte daño si no se consiguen los resultados y mucho más, si no conoces los procesos.

Y esto es muy común, ya que normalmente, conocemos el producto final, el video, el patrocinio, la celebración, lo viral, pero ignoramos todo el proceso que existe tras bambalina para llegar a ese mérito.

Muchos profesionales, artistas y creadores de contenidos pueden utilizar las redes sociales como una herramienta, pero deben entender que, así como en su profesión, el tiempo, la práctica y la constancia es fundamental para mejorar, en las redes sociales sucede lo mismo.

Las redes sociales no solo las usamos como un medio de difusión, también la usamos como una fuente de inspiración, pero entrar en ese mar de información, en muchos casos, ese mar de éxitos y números enormes puede arrastrarte a una isla de ansiedad donde el bajar los brazos sea una necesidad y el descansar se vuelve indispensable, porque tanta información, tanta competencia puede abrumar.

Para dar un ejemplo de un creador de contenido que se ha vuelto viral, hablemos del baterista español que en pandemia consolidó su fama por sus capacidades inimaginables, sus conocimientos en el instrumento, su experiencia y filosofía.

El estepario siberiano, Jorge Garrido, es un percusionista que tuvo un incremento bastante importante a nivel mundial. Al verse en una mala situación en época de pandemia, decidió tomar un objetivo, montar un video diario a su cuenta de YouTube por un año.

Sin mirar a los lados cumplió con su objetivo y en un año ya había alcanzado grandes números de seguidores, patrocinio, pero aún más importante: había adquirido experiencia en todo el proceso de crear contenido para las redes sociales. Esto quiere decir que, mejoró la edición de sus videos, el audio, el setup, las miniaturas, entre otras cosas.

La perfección de las redes sociales es una gran mentira porque estás viendo las redes de personas o empresas que ya han alcanzado un nivel de experiencia que les permite enfocarse en otros aspectos. Esas cuentas empezaron con diseños distintos, ediciones mejorables y una cantidad de cosas enormes que con el tiempo han cambiado.

Es cuestión de revisar el primer video, el primer post de una cuenta para ver que el secreto del éxito, sin importar profesión u objetivo, son la constancia, la práctica y el tiempo.

Al ser las redes sociales un mar de información y tu pantalla, un vidrio de un acuario, el post «feo» y mejorable de ayer se olvidará con la siguiente ola de post, tanto tuyos como de los demás usuarios.

Y esto es importante recalcarlo, tanto para empresas como para personas, ya que es entendible querer hacerlo todo bien a la primera, pero el secreto del éxito es sentarse a hacer.