Aimar estaba jugando, pero acaba de entrar en la habitación de sus padres. Aimar es un niñe enamorado de los dinosaurios, los colecciona, de todas las especies, tamaños y colores que puede.
Cada mes, sus padres le dejan comprarse uno nuevo. Le gusta mucho jugar solo, aunque si le diesen la oportunidad, puede que, también le gustase con amigos. Tiene una voz suave y unos ojos tan grandes como caídos.
Su padre está tirado en el suelo, ha tomado un puñado de pastillas hace varios minutos, que han comenzado a hacerle efecto. El nombre de Aimar significa ‘Casa fuerte’.

Padre: Ai... Aimar... ¿No estabas... aún, en el colegio?
Ah, no, ¡ay! ya, sí... Te trajo la niñera. Dime, ¿te cae bien la Mónica?
Sí, seguro que sí. La elegí yo.
Hijo, no te asustes, estoy solo... jugando, como tú.
A papá le apetecía tirarse por el suelo un rato, …
me duele un poco la barriga.
(Al padre empiezan a salirle lágrimas involuntarias; jadea)

Lo siento. Te juro que te quiero, lo siento. Solamente. la vida no es fá-cil. He intentado que seas feliz, pero... Eres así́. No hablas.
Tu padre se encuentra mal. Ven, dame un abrazo.

Mientras dice esto, el padre intenta acercarse a un cajón y saca un martillo, pero justo en ese momento, esas son las últimas palabras que el niñe escucha de su padre.
Aimar sigue de pie, congelado, paralizado. De repente ve cómo un charco de sangre sale del cuarto de baño de la habitación.
Aimar: Ma... ¿Ma má?

Treinta años después Aimar sigue vivo, es un paciente.

Paciente: me pregunta cada día, si soy feliz cuando sabe que no estoy aquí, aquí estoy, ¿qué más quieres que te diga?
¿qué clase de terapia es esa? esa, cómo se llama, la del choque?
la de recordarme una y otra vez lo incapaz que soy de conseguir hacerme feliz….

Psicólogo: es un proceso de

Paciente: no es un proceso, es una repetición, una repetición, de lo mismo. me recuerda lo desgraciado que es existir, porque nunca consigo mis objetivos y vuelta otra veeeeez, otra vez, a ver qué quiero hacer con mi vida.

Psicólogo: con tus conductas, deseos...

Paciente: con mi vida, coño
Perdone, es que es lo mismo, todo unido, mi vida, una tontería

Psicólogo: ¿cuáles crees que son esos objetivos?

Paciente: que no me da herramientas, nada ya son diez sesiones, mucho dinero, ¿no? ya debería estar yo sanado o algo de eso

Psicólogo: hmm.. conocerse lleva muchísimo más tiempo del que cree, diez sesiones con mis pacientes habituales no son nada, al menos para conocerle

Paciente: ¿ahora no seremos todos iguales también?

Psicólogo: está claro que cada uno lleva... sus propios tiempos de sanación, pero la base es conocerse, y siento que no haya sido de tu expectativa, siempre puedes...

Paciente: me ha hecho ochenta test, una escala DESnoseké, el termómetro, el puto diario emocional, instrucciones del genograma, uyy la ventana de la tolerancia, la del jahari y luego con que si el trastorno disociativo ahí́ pregunta por pregunta mirando, mire, yo con tanta ventana ya ni sé a qué asomarme, y la atolondrada que tiene de prácticas también, que sí, que sé que me está escuchando, pero es que no habla, explíqueme qué hace, y luego el árbol genealógico, ahora el árbol genealógico, para qué? manda a hacer dibujitos a una persona estresada, pero bueno

Psicólogo: no voy a permitir que...

Paciente: ve, si yo aprendo. yo me quedo con las cosas, si eso yo sé que lo tiene en la historia clínica, hasta el nombre de los que no me hablo, por favor, cuidado
¿qué va a hacer con todo eso? ¿un collage?

Psicólogo: entiendo que no le interesa conocer alternativas, soluciones, eh, bueno eso sí que es un...

Paciente: nono, el problema es que siempre hay soluciones, muchas

Psicólogo: las cuales no encuentras

Paciente: no señor, no sea... le quiero decir que mi solución existe,
porque, cada uno tiene la suya, ¿no? pacientes diferentes, soluciones diferentes y sé que la mía es clara
la he visto cada día antes de venir a verle,
en la puerta pone ‘entrada’
y yo veo ‘salida’
ahí́ está
la solución

Psicólogo: vaya. ¿quiere decirme que...

Paciente: sí, que entrar aquí́ es salir de mí. y salir es entrar en mí, en mi concepción real del mundo, real, no la de aquí́ dentro, especulada por las palabras , yo hago mi vida, corro, almuerzo en las horas, duermo nueve horas, acaricio a mi gato, fumo, y, y y la verdad es que no entiendo por qué esta pausa
antes no me preguntaba por qué, ni para qué, ni de donde viene todo,
¿sabe? yo soy sincero, no necesito sabe, eso, no necesito explicaciones de quien soy porque hay gente que lo oculta, pero yo prefiero ser ignorante, la ignorancia es la verdadera felicidad, no la terapia
por eso solo vuelvo a sonreír o se me quita el temblor del pecho cuando no le veo cuando han pasado al menos dos días de verle… para verle una vez a la semana... muy pocos días tranquilo
es que no sé cómo ser más franco

Psicólogo: ajá, bien, puedo entenderle

Paciente: ah ¿sí?

Psicólogo: ahora déjame hablar a mí, no se es más importante por ser escuchado si no se escucha, y yo no defiendo la magia, también yo voy a mi propia terapia, y sé que lo importante es distraerse, seguir con la vida, qué se cree, que soy su padre, es un espacio para hablar, nada más, me dices que no te funciona esto, pues bien… por eso tengo un libro, sácalo Natalia por favor, que se llama ‘cómo convivir con la ignorancia de ser uno mismo’, cómo convertirla en tu mejor amigo, y se ve, se ve que no has entendido mucho de lo que he dicho, así́ que como mucho te queda leer algo en tu vida de renegado miserable y ver si sabes hacer algo más que arremeter contra los que te rodean, por eso ya ni tus amigos te aguantan, y no lo digo de forma insultante eh, yo jamás haría eso contra ti, ni ningún paciente; no, no te aguanta por lo que sabemos, si es que no te destetaste hasta los seis años, le deformaste la vida, y tu sentimiento de culpa Aimar, es permanente, porque.. las hostias de tu padre, los escupitajos de tus compañeros, el rechazo de quien amabas, que lleves años sin ver a tus hijos porque no te aguantan, diez sesiones, dan hasta para tus fantasías pornográficas,

Paciente: vale, vale me lo llevo
¿cuánto cuesta?