I

¿Y si pensásemos, en este momento de lunes, que las cosas podrían irnos peor o estar peor de lo que están en este momento? Agradeceríamos estar como estamos. A esto se le llama visualización negativa y es la manera de despertar un profundo aprecio por la vida que tenemos en estos momentos. Estar encantados de estar vivos.

Estoy lleno de contradicciones. Todos tenemos derecho a la contradicción y a la obligación de reconocerla.

II

Normalmente escribo para aligerar la mochila de mis preocupaciones.

No se puede llenar un vacío interno con algo externo. La mente engaña. Entre otros engaños uno de ellos es hacernos creer que hay que acumular para ser.

Lo que más ansío en estos momentos es sentirme en paz, no tener. Mi libertad no es tener, es reconocer quién soy y vivir en paz.

El futuro no se construye a base de buenas intenciones, se construye a base de acción.

III

Por qué será que a veces algunos obstáculos parecen insuperables en nuestra mente, pero a la hora de la verdad, descubrimos que la realidad no era tan así. La acción resuelve la preocupación.

Ser nuestra mejor versión. Nada de ahí fuera nos dará la felicidad. La fuente de la felicidad, la verdadera fuente, es interna.

Cómo es posible que un tío que lo tiene todo sea un desgraciado, porque lo es internamente; y, en cambio, que uno que viva en la desdicha consiga tener una mente que le haga ir adelante superando todo lo que se interponga en su camino.

La mayor estupidez es vivir preocupado cuando no tienes preocupaciones. Lo inteligente es aprender a no preocuparte cuando sí tienes cuestiones de las que preocuparte.

IV

Saber distinguir lo que depende de nosotros de lo que no depende de nosotros. La calidad de nuestras vidas dependerá de ello.

Depende de nosotros nuestra voluntad. El poder de un estoico reside en la voluntad para elegir qué pensamientos tener y qué acciones son la consecuencia de estos pensamientos.

V

Nuestra vida debe centrarse en lo esencial. Ya es hora. Apartarse de lo anecdótico.

¿Cuánto nos queda por vivir? Diez, veinte años más, treinta; también podría quedar un año, unos meses. ¿Qué sabemos? No vivimos en lo eterno.

El tiempo que sea que quede ¿cómo te gustaría que fuera? En paz, en calma, digo yo.

VI

Las ideologías, en manos de personas sin cabeza, se convierten en herramientas de control de todos aquellos que carecen de pensamiento crítico, por no repetir lo mismo, cabeza.

No tengo muy claro, pero a veces lo pienso, si fuésemos capaces de separar las etiquetas ideológicas del pensamiento o «ideas» de las personas, lo mucho que sumaríamos y conseguiríamos en beneficio de la sociedad. Pero las estrategias políticas, partidistas, incapacitan para ello.

No hay nada más enriquecedor que sentarte con alguien con más experiencia que tú y, si es posible, con ideas dispares a las tuyas, aunque puedan ser coincidentes en la esencia.

Son días en los que te enchufas esa dosis de creatividad y motivación gratuita, que te hace creer que una sociedad sin crispaciones es posible.

He dejado de preocuparme bastante por lo que piensen los demás, por sus creencias religiosas, por su tendencia sexual, por si les gusta el fútbol o no, por sus ideologías. Me ocupa lo que me transmitan o provoquen como persona. Si estoy a gusto o incómodo con ellos, si puedo hablar, discutir, razonar o, simplemente, estar callado escuchando y aprendiendo. El resto qué importa.

He compartido mesa con iguales, en apariencia, que al salir han sido mis peores enemigos. Y casualmente, yo sí que puedo decirlo, muchos de mis grandes amigos están en otras organizaciones políticas diferentes a las que yo estaba o, entrecomillo, «milito». Qué mal suena esto de «militar» en un partido político.

Nada más bello y poético que un judío y palestino juntos, uno del Madrid y otra del Barça, una del PP y otro de Podemos, una de pueblo y otra urbanita…

Nada más ejemplar, públicamente, que el diálogo, la tolerancia y la sensatez.

La clase política actual parece que se dedica, con premeditación, a separarnos en vez de hacernos sumar. Les interesa. Sobreviven. No les gusta que la diferencia se una en lo común, en lo que verdaderamente importa.

VII

Me dediqué durante un tiempo a aparentar, creyéndome el mejor, pero cuando me di cuenta ya no era yo, era ese que aparentaba sin interior. La verdadera grandeza es darse cuenta de tu egoísmo y volver a la esencia del Ser.

VIII

No deberíamos nunca expresar la opinión sobre alguien si no nos la han pedido.

No podemos estar siempre erre que erre con aquella equivocación que cometimos, saca la lección, aprende, y no vuelvas a ello.

Las sociedades que se alejan del pensamiento crítico, de la filosofía, la literatura, la lectura, están condenadas a desaparecer o, simplemente (otra vez lo simple, hoy) a convertirse en rebaños guiados por pastores dictadorzuelos.

Ser independiente. Leer, juzgar, criticar, pensar. Eso nos queda.

IX

Escribir es muchas cosas. Depende para cada uno. Incluso están aquellos que no le dan significado. Para mí es como una terapia obligada. Algo que tengo que hacer y hago de forma natural. No sé. Es como un impulso. En ocasiones pienso que puede ser fruto del ego. Tal vez lo sea. Lo cierto es que es la mejor manera que he conocido de pensar. Es una apuesta, un propósito.

X

Un tirano es quien usurpa el poder político careciendo de títulos para hacerlo. Un tirano, también es quien ostenta un poder político legítimo lo utiliza ignorando la ley en beneficio propio y poniendo en riesgo la comunidad política a la que debería servir.

Cicerón nos decía que la vida de un tirano no es nada fácil porque, sabiendo que encarna el mal gobierno, desconfía de todos, porque en todos encuentra motivos para que le traicionen.

XI

Es muy cierto que las personas que son generosas siempre encuentran el tiempo y la forma de ayudar. Ser generoso es ser sensible. Pero ser generoso no debe implicar descuidarte tú.

¿Y hoy qué podría hacer que si lo hiciese regularmente supusiera una gran diferencia positiva en mi vida? Pensar más.

Se me acumulan los libros por leer. Las semanas de viaje aprovecho más, en los trenes, el resto de los días me pueden las lecturas del trabajo, No quiero mirarlos, se acumulan de tal manera que debo ir vaciando como sea. Los libros son mi lavabo, ese al que entro cuando estoy completamente exhausto, me lavo la cara y me aclaro. Los libros son compañía, nunca posesión. Me miran, pero no me agobian.

XII

El no depender de las circunstancias para ser feliz es la verdadera felicidad.

Ni un fuerte huracán podrá hacernos caer si nuestro interior nos sostiene.

¿Cómo podrá perturbarte la diversidad e inconstancia del azar, si estás seguro frente a la inseguridad?

(Séneca)

Si hacemos que nuestra felicidad dependa de lo externo viviremos miserablemente. Si en cambio la atamos a nuestro interior, a nuestra alma, viviremos felices el resto de nuestras vidas.

La naturaleza ha hecho que para vivir bien no haya necesidad de grandes preparativos: cada cual puede hacerse feliz a sí mismo. La importancia de las circunstancias externas es poca y tal que no tiene gran influencia en ninguno de los dos sentidos: ni las favorables encumbran al sabio ni las adversas lo abaten, porque se ha esforzado por depender lo más posible de sí mismo, por esperar de sí mismo toda la alegría.

(Séneca)

XIII

No juzguemos nuestros errores del pasado con lo que sabemos en el presente. Concentrémonos en crecer y seguir adelante.

No creo que a nadie le guste vivir en un constante estado de incertidumbre. Todos preferimos la seguridad. Vivir pensando en que no sabes qué pasará mañana, es no vivir. Infravaloramos el grado de incertidumbre que hay a nuestro alrededor.

No siempre podemos tener todo bajo control, incluso diría que no es bueno que todo esté programado, planificado, controlado.

El mundo es incierto. Todo puede cambiar con respecto a lo que teníamos previsto.

Tampoco seamos prisioneros de nuestros planes. Flexibilidad.

XIV

Un diario personal puede tener interés para otros por lo que cuenta el autor o cómo lo hace, por cómo mira el mundo y sus instantes. La diferencia entre un diario y una novela es mínima. La trama de un diario es la propia vida y los personajes son los que forman parte del círculo íntimo de quien escribe. Todos somos un personaje.

Tratar que la calma se convierta en nuestro estado habitual requiere abstraerse de preocupaciones y alejarse de pensamientos cansinos.

XV

Presta siempre atención a todo aquello que digas, hagas, o pienses; esa es tu manera de manifestarte en la realidad.

Nuestra vida es consecuencia directa de lo que hacemos, de nuestras palabras y pensamientos. Si descuidamos esto lo pagaremos con nuestro bienestar.

Marco Aurelio nos decía que: «No es fácil encontrar a alguien que sea desgraciado por dejar de entrometerse en el alma de los demás. Pero quienes no siguen con atención los movimientos de su propia alma, inevitablemente serán desgraciados».

Lo cierto es que es mucho más fácil hacer las cosas mal que hacerlas bien. El carácter humano nos hace preferir lo cómodo y perjudicial antes que lo bueno que requiere esfuerzo.

XVI

Hay noches en las que el miedo y la culpa me acorralan. No sé muy bien por qué, no hay motivo, pero vienen. Los errores, la muerte, el tiempo. Se me clavan en el interior como uno de esos cuchillos mellados que llevan los cazadores, rasgándome y arrancándome de mí todos esos pedacitos que ya difícilmente cicatrizarán.

XVII

Todos sabemos nuestra verdad, y esa es la verdad, la verdadera verdad. El resto es ir por ahí engañándonos a nosotros mismos.

El éxito real solo se alcanza cuando tenemos un estado mental equilibrado y una paz interior óptima. Somos responsables de nuestro destino y de nuestras acciones, esas que van afectando al mundo de una manera u otra.

Ser humilde, contigo y con los demás. Humildad para reconocer tus errores y parar. Humildad para decidir estar bien contigo mismo para después estarlo con los demás. Humildad para no juzgar ni criticar. Humildad para asumir que nuestras acciones afectan al mundo, al nuestro y al de los demás. Humildad para reflexionar sobre cómo afectan nuestras vidas a nuestras emociones y cómo afectan nuestras emociones a nuestras vidas y tomar el control sobre todo ello.

XVIII

No hay líder sin un equipo, tampoco hay equipo sin líder. He comprobado que los equipos sin dirección no funcionan, pero ser director es algo que únicamente te otorga el equipo.

Por mucho que queramos edificar externamente, si no construimos nuestro interior día a día, sólidamente, lo de fuera quedará, tarde o temprano, desolado.

Buscamos. La búsqueda está en nuestro interior, es innato a nosotros, a los seres humanos. Anhelamos. Somos seres abiertos. Necesitamos escuchar, encontrar esas palabras que nos llenen.

Es cierto que no son las acciones del resto lo que nos altera, ya que esas acciones quedan realmente en el otro. Lo que nos incomoda, en realidad, es nuestra propia acción al enjuiciarla. No juzgues, destierra de ti ese juicio y se marchará esa cólera o enfado.

El escritor italiano Cesare Pavese, comentaba, que «no se recuerdan los días, se recuerdan los instantes». No puedo estar más de acuerdo. No nos damos cuenta de lo deprisa que vivimos hasta que no intentamos eso, tratar de recordar los momentos. Cada vez cuesta más. Todo va deprisa, buscamos la inmediatez, poco tiempo tenemos para el reposo.

Tras un fin de semana entre libros, escribiendo lentamente, pensando, cocinando, te das cuenta de que es cuando vives lento, sin prisas, reposado, cuando realmente vives y recuerdas que has vivido.

XIX

Examínate, analiza todos tus rincones y estúdiate. Observa cada día si progresas tanto en la teoría como en la práctica… Pues la sabiduría no reside en las palabras, sino en los hechos.

(Séneca)

Liderarse es gobernarse, autogobernarse. La perfección en el autogobierno está en hacer lo que se debe, no lo que nos apetece.

He vuelto a madrugar bastante. No me apetecía, pero sí debía. Cada vez hablo menos, porque no debo hacerlo, aunque a veces me apetece decir eso que sé no debo.

No ayudo siempre, pero sí cuando debo. Estoy siempre que debo, no cuando me apetece.

Encuentro bastantes similitudes entre el budismo y el cristianismo puro o esencial, ese que practicó, por ejemplo, San Francisco de Asís, eliminando esa creencia divina que no aparece en el budismo, pero ambas están basadas en servir a los demás, en practicar la humildad y no hacer daño a nadie, tampoco a la naturaleza y los animales. Y esto forma parte de mis creencias.

XX

Cada uno de nuestros objetivos requieren de prácticas constantes, normalmente simples, pero constantes. No podemos esperar un resultado positivo o éxito al primer intento. Calma, paciencia y constancia.

¿Qué porcentaje de tu vida ha sido realmente tuyo? ¿Lo has pensado alguna vez? ¿Cuánto tiempo pierdes, has perdido, en discusiones absurdas, en debates que carecen de sentido? ¿Cuánto tiempo se nos va en no hacer nada o en hacer lo que no debemos hacer?

¿Cuánto tiempo dedicamos a agradar a otros por encima de nosotros? ¿Te has parado alguna vez a hacer un cálculo?

La vida es demasiado corta. La vida es algo valiosísimo como para cometer la imprudencia de malgastarla.

Debemos respetar nuestro tiempo; sería algo así respetarnos a nosotros. Debemos recuperar el tiempo, si esperamos mucho para hacerlo, será tarde.