Mirar un poco más allá de lo que uno ve es una ardua tarea que implica no sólo saber observar, sino también dejarse llevar por la imaginación y crear nuevas perspectivas. La realidad para algunos es simple, pero hay para quienes es el principio de un amplio despliegue de posibilidades. Partiendo de esta base puedo explicar en qué consiste “Inéditos”.

No es simplemente un concurso más, una exposición como otra o una oportunidad para demostrar lo que uno vale. “Inéditos” es innovación, originalidad, crítica, alternativas y, sobre todo, una puerta bien grande por la que los jóvenes pueden llegar a salir transformados en verdaderos artistas.

Allá por el año 2002, Caja Madrid se propuso impulsar a los jóvenes comisarios para que se valorase su arte como es debido. Jugaban a hacer un plan la entidad financiera y esos “locos” por la innovación, pero necesitaban un patio donde desarrollar sus juegos, un intermediario con sus mismas ideas y propósitos que estuviera a la altura de lo que se iba a generar. Así pues, se decantaron por La Casa Encendida, en Madrid, un espacio donde el arte independiente no podría estar en mejores manos ni ser visitado por mejores ojos. Se sintieron tan bien, que a día de hoy, cada año, sigue siendo la cuna de los jóvenes inéditos.

¿Cuál es la recompensa? “Inéditos” permite a sus ganadores producir su primera exposición y editar un catálogo de la muestra. Los protagonistas deben ser menores de 35 años y sus obras exclusivas. Pero diréis… ¿Y qué se expone? Muy sencillo, cualquier faceta de la creación contemporánea. Esto permite desarrollar un sinfín de conceptos, de puntos de vista y mil y una maneras de percibir la vida.

Se entregan tres premios consistentes en partidas económicas de 23.500 euros para el desarrollo de cada exposición. Los seleccionados se comprometerán a desarrollar la producción, el montaje de la exposición y proporcionarán la documentación necesaria para elaborar el catálogo. También deberán gestionar todos los permisos necesarios para que las obras puedan exhibirse.

A todos los finalistas se les ofrece, en concepto de honorarios, 3.000 euros por proyecto, sujetos a la legislación impositiva vigente.

Ganadores En la reciente edición “Inéditos” contó con un jurado de lujo: Manuela Moscoso, comisaria independiente, Jérôme Delormas, Director General de la Gaîté lyrique (París) y David Armengol, también comisario independiente. Se reunieron el pasado mes de febrero para, entre los más de 75 artistas que participaron, seleccionar los tres que ellos consideraron destacados: Appunti, Aquí hay dragones, S’Wonderful.

¿Por qué ellos? Lo que buscaba “Inéditos” es una clara característica diferenciadora, algo que haga único el proyecto.

El jurado, perfectamente cualificado para juzgar en este ámbito, eligió Appunti por esa relación peculiar que hace entre objeto, obra de arte, poder e identidad, enumerando fracasos, accidentes, grietas… Agrupando objetos domésticos, religiosos, libros, pinturas, fotogramas de películas y mucho más, dentro de un espacio cronológico que abarca diversos siglos contemporáneos.

Aquí hay dragones enfoca su propuesta en la posibilidad de imaginar más allá de los límites dentro de un mundo tan perfectamente estructurado y perversamente controlado. ¿Se puede huir de lo establecido? Esa sería la pregunta que encabezaba la muestra, ofreciendo como respuestas una amplia gama de líneas conceptuales que versaban desde los viajes hasta algo tan cotidiano como la comunicación.

¿Podríais imaginar juegos que, a día de hoy, sirvan para entablar relaciones y hablar de problemas relacionados con la creación y el contexto artístico? ¿Juegos para mayores que recalcan los problemas sociales, políticos o económicos? Ese es el objetivo de S’Wonderful, crear una innovadora visión del juego, mediante la ironía que esconde el término (por estar directamente relacionado con lo infantil) y el humor.

“Gira el mundo, gira en el espacio infinito”, como dice la canción, gira y con él su contenido cambia, evoluciona según el momento y el lugar. La música varía, la literatura se transforma y, por supuesto, el arte también, modificando no sólo sus temas, sino el formato, la intención, el soporte, el espectador… Pero siempre existirá algo en él que se mantendrá pase el tiempo que pase: la ilusión en quienes lo crean y la emoción en aquellos que lo saben apreciar.