Hace algunos años, iniciándose los noventa, tuvimos una experiencia con la interconexión de nuestro país a la red de redes, en ese entonces Bitnet, hoy Internet. Fuimos de los primeros cinco países latinoamericanos en alcanzarlo, pues México, Chile, Argentina y Brasil lo habían logrado muy poco antes. Éramos entonces un grupo entusiasta por dar ese salto. Un exrector de la Universidad de Costa Rica, aunque en ese momento se encontraba a cargo de un prestigioso Centro de Cómputo de una Universidad de los Estados Unidos, nos entusiasmaba con la idea desde allá, y un físico investigador recién llegado al país con estudios doctorales de Europa aun más entusiasta se unió al grupo en tierra nacional con tal hacer realidad la Internet en el terruño.

La cuestión era que se debían cubrir muchos aspectos, incluidos los recursos del pago del alquiler del segmento de satélite para subir y bajar la señal, además de todos los aspectos técnicos y relacionados con la infraestructura. En fin, lo importante del cuento fue que, mientras estábamos tratando de atender todas esas gestiones y acciones para alcanzar el propósito de conectarnos al mundo de la investigación, que después se vino con todo lo demás, el físico, como buen físico, decidió que todo se documentara, para tener un historial o bitácora del desarrollo de las negociaciones, que así eran, pues no teníamos en realidad recursos económicos, solo técnicos y humanos con ganas de logro y que todo quedara documentado para la historia y la experiencia.

Esto nos pareció muy bien y le entramos: día a día se digitaban tanto los logros alcanzados como los no alcanzados. Fue interesante el ejercicio, pues estábamos muy bien posicionados al menos en la letra. Cuál fue la sorpresa cuando un día, después ya de varios meses, se nos comunica que la información digital había desaparecido de repente. Nos quedamos solamente con algunos que otros impresos que logramos recabar y de ciertos respaldos.

La moraleja de todo lo sucedido fue: «bueno, esto de lo digital no está escrito en piedra, hay que tener cuidado». Sí los documentos impresos son vulnerables también lo son los digitales, los bits en datos e información se esfuman, no se deterioran por los años, aunque ciertamente se descontinúan las tecnologías que les respaldan, así como las que los transmiten evolucionando aceleradamente. Los ejemplos son evidentes: cavernas, papiros, imprentas, equipos magnéticos, digitales, CD en obsolescencia, dispositivos USB desapareciendo y etc.

Ahora, en los inicios de la industria 4.0, que solamente se maneja por bits, a instituciones como la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, la UNESCO, les preocupa la cuestión de la conservación de datos y desde hace años lidia con el tema de la Preservación y Accesibilidad del Patrimonio Documental de la Humanidad.

Por ello ha promovido con mayor intensidad, desde principios de este siglo, la creación de los Comités Nacionales de Memoria del Mundo; precisamente en la Ciudad de Panamá se realizó recientemente la Conferencia Interregional sobre Preservación y Accesibilidad del Patrimonio Documental, realizada del 24 al 27 de octubre de este año 2018.

Ahí se dio seguimiento a las sesiones de trabajo de los diferentes Comités Nacionales celebrados y por los representantes de los diferentes países, se presentaron los respectivos informes, con propósitos para alcanzar algunos de los objetivos claves dentro de los Comités Nacionales de Memoria del Mundo, MoW (Memory of the World), entre ellos:

  • Apoyar el establecimiento de comités nacionales de MoW como mecanismo de apoyo para los esfuerzos nacionales de preservación y accesibilidad para el patrimonio documental.

  • Asistir en la identificación y catalogación del patrimonio documental en riesgo como su posible apoyo para la preservación, especialmente en áreas de desastres naturales, como en los Países Menos Adelantados (PMA) y Pequeños Estados Insulares en Desarrollo, (PEID).

  • Comparar las buenas prácticas para identificar el patrimonio documental para una posible inscripción a nivel nacional, regional e internacional.

  • Mejorar la educación pública (concienciación) en cuanto a la importancia interregional e internacional del patrimonio documental.

  • Fomentar la cooperación Norte-Sur, Sur-Norte y Sur-Sur entre los miembros de la comunidad MoW.

La participación alcanzo medio centenar de representantes de diversos países de los cinco continentes, expertos y especialistas de organismos internacionales primordialmente de la Unesco, como de nacionales de países de diversos quehaceres atinentes a los patrimonios documentales y digitales.

Entre ellos destaca el Dr. Guilherme Canela De Souza Godoi, asesor en comunicación e información de la UNESCO, París que disertó sobre los Retos y Oportunidades en la Preservación Digital y el Dr. Fakson Banda, especialista del programa MoW, UNESCO, París y que expuso sobre el Panorama global de la implementación de la Recomendación de 2015, con un enfoque de desarrollo sostenible.

Precisamente la Recomendación 2015 trata sobre la necesidad de que los países implementen acciones con un enfoque intergubernamental, que con diversas alianzas estratégicas de la Unesco como con el Consejo Internacional de Archivos, ICA, y la Federación Internacional de Asociaciones e Instituciones Bibliotecarias IFLA, a través de la iniciativa PERSIST, la idea es abordar como necesariamente a los desafíos de la preservación y los riesgos de perder el acceso a la parte de los patrimonios documentales y digitales.

Por ello se hace necesario vincular la Recomendación del 2015, a los Objetivos del Desarrollo Sostenido que ha diseñado la Organización de las Naciones Unidas en consecuencia y en resultado a los Objetivos del Milenio, que se implementaron en el 2000 para el 2015, y que ahora se amplían con 17 objetivos de los 7 iniciales, hasta el año 2030, con las variables de que todos deben y obedecen a un desarrollo sostenible.

De estos objetivos, tres de ellos resaltan como estratégicos para el tema que nos ocupa:

  • El Objetivo 4, que trata de la calidad en la educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos, según la meta del 4-7 (valoración de la diversidad cultural y la contribución de la cultura al desarrollo sostenible.

  • El Objetivo 11, lograr ciudades y asentamientos humanos inclusivos, seguros, resilientes y sostenibles, en lo que corresponde a la meta 11-4 (redoblar los esfuerzos para proteger y salvo guardar el patrimonio cultural y natural del mundo).

  • Y el Objetivo 16, promover sociedades pacíficas e inclusivas para el desarrollo sostenible, facilitar el acceso a la justicia para todos y crear instituciones eficaces responsables e inclusivas a todos los niveles, en especial a lo que trata con la meta 16-10 (garantizar el acceso público a la información y proteger las libertades fundamentales de conformidad con las leyes nacionales y los acuerdos internacionales).

Otro de los temas tratados en esta Conferencia Interregional fueron los aspectos de la Preservación y la Accesibilidad del Patrimonio Documental, así como la Reducción y Gestión del Riesgo de Desastres para las Instituciones de la Memoria, con un enfoque en los pequeños países insulares en desarrollo, (PEID), como los de indonesia o de la Cuenca del Caribe.

Finalmente se trató sobre el Fortalecimiento de los Comités Nacionales y Regionales con la participación e interacción de los representantes de entidades de los diferentes continentes presentes, así como de otros entes a cargo y relacionadas con la temática con la finalidad de poder integrar todos estos esfuerzos y según corresponda a las regiones y realidades nacionales.