Tres textos extraídos de fuentes diversas, nos servirán para contextualizar.

El incendio

«La Catedral de Notre-Dame de París sufrió un incendio en la tarde del 15 de abril de 2019 en el tejado del edificio y ocasionó daños considerables. La aguja de la catedral y el tejado se derrumbaron. Tanto el espacio interior como muchos bienes muebles se dañaron gravemente. El incendio se produjo probablemente de forma accidental, por un descuido en las reformas, En 24 horas, se recaudaron más de 800 millones de euros para la reconstrucción» (texto extraído de Wikipedia).

Las medidas legislativas para su restauración

«El Parlamento de Francia aprobó el martes un proyecto de ley para la reconstrucción de la Catedral de Notre Dame, tres meses después de que un incendio destruyera el techo de la iglesia y en medio de discusiones sobre la mejor manera de proceder con la restauración (...).

»El Senado francés aprobó por primera vez el proyecto de ley el 27 de mayo, que en su momento ordenó que la reconstrucción fuera fiel al último estado visual conocido de Notre Dame. El presidente francés pretende que la restauración demore cinco años (...).

»Los conservacionistas franceses y la arquidiócesis anunciaron en 2017 que completar las renovaciones necesarias para la integridad estructural del edificio podrían costar hasta 112 millones de dólares.

»Un análisis reciente del New York Times sugirió que la catedral estuvo cerca de colapsar por completo y que la valentía del departamento de bomberos de París probablemente salvó el edificio de daños mayores. La bóveda de piedra arqueada todavía tiene un riesgo de colapso y los turistas aún no pueden entrar.

»Durante la Misa del 15 de junio en Notre Dame des Sept Douleurs, una capilla contigua a la catedral, el Arzobispo de París, Mons. Michel Aupetit, destacó que la iglesia no es un mero patrimonio cultural de Francia, sino que está destinada a la adoración de Dios» (texto traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA).

¿Cómo reconstruirías la Catedral de Notre Dame?

Venezolano gana concurso con un innovador proyecto que incluye paneles solares para el techo de la Catedral.

El arquitecto venezolano, Leonardo Nepa, ganó el concurso internacional «¿Cómo reconstruirías la Catedral de Notre Dame?», organizado por la plataforma digital Freelancer, el cual buscaba reconocer el mejor trabajo. En la competencia se evaluaron 70 diseños que cumplieron una serie de requisitos específicos para el proyecto de reconstrucción de la catedral y participaron profesionales de Estados Unidos, Reino Unido, Lituania, Pakistán y Vietnam. El venezolano residente en Colombia presentó su diseño basado en el uso de paneles solares transparentes para reacondicionar el techo que se incendió el pasado 15 de abril.

(Tomado de Venepress, martes 30 de julio de 2019)

La catedral de Notre Dame

La catedral de Notre Dame ha sido testigo de muchos episodios en la historia del cristianismo, de Europa y en especial de Francia. Ha sobrevivido a muchas pruebas y volverá a sobrevivir al reciente incendio, vamos a referirnos en este escrito a dos episodios muy importantes que la Notre Dame fue testigo, uno relacionado con Danton, Robespierre y la Revolución Francesa.

Si bien en la Revolución Francesa tuvo sus valores positivos y por ejemplo habló de la libertad, la igualad y la confraternidad, en líneas generales como veremos, se pretendió prescindir de Dios.

El 14 de julio se conmemora el día de la toma de la Bastilla, que se hiciera en 1789. Es históricamente el inicio de la Revolución francesa y el Día Nacional de Francia. En 1989, al cumplirse los 200 años de dicha Revolución, el para entonces presidente francés François Mitterrand, celebró dicha fecha por todo lo alto y con la mayor pompa posible. Hay un hecho que pasa bastante desapercibido: en el diario personal del rey francés Luis XVI del día 14 de julio de 1789 se lee: rien. Es decir, «hoy no pasó nada…».

Uno de los aspectos más resaltantes de la Revolución francesa fue que acabó con lo que se llamó «el absolutismo de los reyes», que estuvo muy personificado con la famosa frase del Luis XIV, el llamado Rey Sol, quien dijo L'État, c'est moi («El Estado soy yo»).

Antes de la Revolución francesa, el rey era el soberano, la Revolución Francesa hizo que la soberanía pasara del rey al pueblo. A partir de la Revolución Francesa el rey dejó de ser el soberano y el pueblo pasó a ser el soberano.

La Revolución francesa no fue fruto de la improvisación, fue el producto de lo que se llamó el enciclopedismo, que como ideología, también tuvo aciertos y cosas positivas pero también tuvo desaciertos como la ideología atea librepensadora, que condujo a mucho sufrimiento, a mucho dolor y a muchas injusticias, sobre todo con la guillotina.

Uno de los grandes exponentes del enciclopedismo fue Juan Jacobo Rousseau, éste dijo que el pecado original es una blasfemia, que es una invención. En su libro El Emilio, Rousseau dijo que el hombre nacía bueno, que eran las estructuras sociales creadas por el hombre las que lo hacían malo. Por lo tanto, lo del pecado original era una invención, era una suerte de cuento de hadas, literalmente dijo que el pecado original era una blasfemia.

En consecuencia, si no hubo pecado original, tampoco hubo redención y por ende tampoco hubo resurrección de Jesucristo. Lo que dice Rousseau niega toda la Semana Santa: niega la Pasión, la Muerte y Resurrección de Jesucristo. Si Rousseau dijera la verdad, tampoco tendría sentido el sacramento del bautismo que por definición teológica borra el pecado original.

Por otra parte, la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo es la base y la piedra angular del cristianismo, porque de no haber habido Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo, nunca se hubiera hablado de cristianismo, porque históricamente hablando el cristianismo se hubiera quedado en lo que llaman «flor de un día» o en el famoso dicho que dice que «una golondrina no hace verano».

Es estadísticamente e históricamente imposible que tres mentiras tales como la Pasión, Muerte Resurrección de Jesucristo se hayan hecho universales y que de paso ya van por 2.000 años ininterrumpidos de creencia universal, no solamente para católicos sino también para las otras denominaciones cristianas que también creen en la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo. Ninguna mentira aguanta 2.000 años, lo que equivale a decir que si el sentido de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo fuera una suerte de blasfemia, o mito, o cuento de hadas no habría habido millones de millones de cristianos que a lo largo de 2.000 años se han bautizado y recibido los demás sacramentos. Hasta el revolucionario Fouché, el llamado «genio tenebroso» que sirvió a la Revolución francesa y luego a Napoleón, a la hora de la muerte llamó al sacerdote y murió confortado con los santos sacramentos.

Los ideales de libertad, igualdad y fraternidad que inspiraron la Revolución francesa son valores cristianos. Sin embargo, la filosofía atea librepensadora dio la espalda a Dios, filosofía que subyacía en el fondo de varios importantes enciclopedistas como Juan Jacobo Rousseau, que además de lo antes dicho, proclamó a todo viento lo que en El Renacimiento dijo Descartes que «el hombre puede pensar como quiera».

Lo que vino fue el baño de sangre de la guillotina y fue como consecuencia que los revolucionarios inspirados en una filosofía racionalista y libre pensadora, hubieran abandonado a Dios, dicho baño de sangre vino en lo que se llamó el terror rojo de Robespierre.

No fue que Dios abandonó a los revolucionarios, fueron los revolucionarios los abandonaron a Dios. Se prescindió de Dios y surgió el caos.

La diabólica maquinaria de la guillotina, primero fue contra los enemigos, como por ejemplo contra el propio rey Luis XVI y su esposa María Antonieta. Este caso fue muy articular porque el primo del rey, Luis Felipe de Orleans, conocido como Felipe Igualdad, votó en la Asamblea de la Convención por el guillotinamiento de su primo el rey Luis XVI, pero al final se le devolvió cual bumerán a Felipe Igualdad y por lo tanto, mas adelante, el miembro de la familia real, Felipe igualdad, también fue a la guillotina.

En cuanto Felipe igualdad, se cumplió el dicho que dice que «el que le pega a su familia, se arruina» y en su caso fue más allá ya que en su caso particular se pudiera decir que «el que le pega a su familia, se muere». Después, la guillotina fue contra los llamados girondinos, que se les denominó así porque la mayoría de sus miembros más destacados procedían de la región de Gironda en Francia. En su mayoría eran miembros de la burguesía que trabajaban en mundo de los negocios (manufacturas, puertos, etc). Eran moderados. En un momento dado llegaron a tener 175 diputados de los 749 que componían la Asamblea de la Convención. Acusados por los jacobinos de conspirar contra la unidad de la República, sus dirigentes fueron guillotinados por orden de Maximiliano Robespierre en 1793, éste era llamado «el incorruptible», el máximo líder de la época del Terror, el mas temible todos los guillotinadores.

Los jacobinos eran los ultrosos y extremistas revolucionarios: una vez que acabaron con los girondinos fueron contra gente humilde del pueblo francés que nada tenía nada que ver con la política de aquel momento.

Robespierre y Danton aplicaron muy bien lo que dijera Rousseau, Robespierre proclamó a la razón como diosa y tal efecto, usurpó la catedral de Nuestra Señora de París y pretendió sustituir el culto a la bienaventurada Virgen María que se le rendía en dicha catedral, por el culto a la diosa razón.

Robespierre se autoproclamó pontífice máximo del culto a la diosa razón. Es decir, pretendió sustituir al Papa. Dicho de otra manera, se autoproclamó Papa.

Lo que dijo Rousseau, «el pecado original es una blasfemia», terminó siendo aplicado por Robespierre y Danton.

La filosofía atea, racionalista y libre pensadora basada en que el hombre puede pensar como quiera, terminó desembocando la famosa guillotina, en donde en la llamada Plaza de la Concordia guillotinaron a todo tipo de inocentes.

El mismo Robespierre se encargó de forjarle un expediente a Danton, «lo montó en salsa» y condenaron a Danton el cual fue guillotinado; pero pronto caería también Robespierre y por ende también es guillotinado, que es cuando termina la Revolución francesa.

La guillotina de la Revolución francesa tuvo que parar, no fue eterna. La guillotina se devuelve como se le devolvió a Danton y como se le devolvió a Robespierre.

Cuando Danton subía al cadalso le dijo a Robespierre:

Robespierre, el próximo serás tú.

Al final, los guillotinadores terminaron guillotinándose entre ellos mismos. Y así fue.

Ya no quedaba revolucionario alguno para ser guillotinado, con las pocas excepciones que confirman la regla tales como Joseph Ignace Guillotin, Charles Maurice de Talleyrand, Joseph Fouché, etc.

Vamos a hacer un paréntesis para hacer una aclaratoria sobre la guillotina:

No es verdad que el doctor Guillotin inventara la guillotina, y mucho menos que fuera ejecutado mediante ese mortífero dispositivo. En los años turbulentos del Terror que siguieron a la Toma de la Bastilla, muchos franceses perdieron la vida decapitados por la guillotina de los revolucionarios, pero este método de ejecución no era tan original como suele creerse; un dispositivo parecido ya había sido ensayado 200 años antes en Italia, bajo el nombre de 'mannaia'.

La guillotina, tal como se puso de moda en Francia durante la Revolución, fue inventada por los herreros Schmidt y Clairin, y probada con unos carneritos por el doctor Louis, quien luego se la ofreció a la recién creada Asamblea Nacional. En 1789, en los primeros días de la Revolución, Guillotin sugirió que todos los reos fueran ejecutados mediante el mismo método, desde un villano ladrón hasta la propia María Antonieta.

La Asamblea Nacional aprobó la idea en 1792 y miles de cabezas rodaron desde entonces y durante varios años. Pero Guillotin murió en 1814, en su casa, con la cabeza firmemente unida al pescuezo y lamentando hasta el último de sus días que el siniestro instrumento hubiera pasado a la Historia con su nombre.

(Texto extraído del libro «La fascinante historia de las palabras»)

Como antes dijimos, Danton fue el penúltimo de los revolucionarios guillotinados y el último fue Robespierre. A los revolucionarios franceses les pasó lo que dijera el Dr. Arturo Uslar Pietri: «la Revoluciones terminan comiéndose a sus padres, tal como Saturno se comía a sus propios hijos», pero es el caso que ni Robespierre ni Danton, ni la Revolución Francesa lograron permanentemente usurpar la Catedral de Notre Dame.

Con el tiempo, que es un gran sabio, terminó demostrando que a la Bienaventurada Virgen María se le sigue rindiendo culto en dicha catedral. Fue flor de un día el culto que Robespierre pretendió sustituir en la catedral de Nuestra Señora de París, Danton, Robespierre y demás revolucionarios pasaron, pero a pesar de incendios y revoluciones la catedral de Notre Dame de París no pasa, nunca ha pasado y nunca pasará.