Este artículo es la segunda parte de Gestión y talento para desinformar, publicado el 23 de abril. En ese momento España estaba a punto de celebrar unas elecciones generales. Desde el 28 de abril al 10 de noviembre, hemos vivido seis meses de políticos en campaña electoral, con un Gobierno socialista en funciones, donde Podemos y los independentistas han jugado al «tú la llevas» con Sánchez, con la consolidación de Casado como líder del PP, el suicidio político de Albert Rivera y el crecimiento sputnik de Santiago Abascal.

Quede claro que, mientras un Gobierno está en funciones, la campaña electoral no se reduce a los diez días anteriores al voto. Desde los resultados del 28A al 10N, las cinco formaciones han gestionado su talento y su propaganda electoral. Los medios de comunicación, el Ejecutivo en funciones, y la oposición, todos los días se han puesto el traje del domingo, ¡un empacho de belleza y buenas intenciones! Un esparcimiento de debates televisivos y marketing político, hemos tenido hasta liga femenina, qué morbo saber si la señora Monasterio es más elegante que Arrimadas. Mientras, a río revuelto, ganancia de pescadores...los independentistas cortando carreteras y destrozando el mobiliario público en Cataluña.

¡Válgame!, me olvidaba de Francisco Franco y el Valle de los Caídos; como espías de inteligencia nacional los socialistas no tienen precio. Cuánta música con la tumba del señor generalísimo y la memoria histórica, cuánta urgencia, generar una cortina de humo en la opinión pública con una cuestión ideológica de hace más de cuarenta años, nada perentorio, y que encima te salga bien...no he visto nada igual en otro país. Los medios de comunicación nos toman por imbéciles en favor del señor Sánchez, hemos tenido Franco hasta marearnos…conscientes de que hay muchos ciudadanos que pierden la perspectiva de lo importante.

Hablar de la evolución de los resultados entre abril y noviembre, sin duda es importante. PSOE se ha mantenido, solo ha perdido 3 escaños, Podemos ha perdido 7, el PP ha ganado 22, Ciudadanos ha perdido 47 escaños, Vox ha ganado 28 escaños. La lectura política es evidente, la izquierda se mantiene o pierde, la derecha ha subido, y el centro casi desaparece.

Ahora en la derecha se concentra la definición más pura de la vieja guardia, PP y Vox - no olvidemos que Santiago Abascal viene del PP- y el concepto ultraderecha es un título adjudicado por la toxicología mediática. Rivera cae como Gandalf en el abismo, y Ciudadanos casi desaparece por ser partido bisagra, nuestro país siempre fue desleal al centro, ya le pasó a UCD. Este es el resultado natural y evolutivo de la derecha, el votante no quiere fragmentación ante el enemigo, y el centro le parece un voto inútil, se sienten amenazados con el problema independentista de Cataluña y el pacto entre PSOE-Podemos.

La izquierda de momento, va caminito de la investidura de Pedro Sánchez, con el pacto PSOE-Podemos, ERC, EH Bildu y otros. Sánchez ha elegido, y no podrá decir que no le quedó otra opción, de hecho, es sospechoso con la rapidez que ha llegado a un pacto con Pablo Iglesias, lo de las elecciones no era necesario. Tenemos un grave problema cuando los que van a gobernar gastan 200 millones en repetir el plato.

Técnicamente esto es un ataque contra la democracia y nuestro dinero público, me es indiferente que lo haga el PSOE o el PP, o cualquier partido. Frivolizar así por parte del PSOE con los ciudadanos y las instituciones del país es para tomárselo en serio, sino resultaba plausible pactar con Podemos y ERC hace seis meses, por qué ahora sí.

Cuando estoy en una comida familiar y dicen que el PSOE es un partido liberal y honesto, y oigo «la izquierda te puede gustar o no, pero no es corrupta como la derecha» ¡ay, señor, esto es vivir de la fama! Robar, no es solo la caja B de Bárcenas, o las tarjetas black de Rato, repetir elecciones sin necesidad, también es robar a España, por supuesto, espero que la militancia de izquierda no tenga que volver a primaria para entender esto. La izquierda, la derecha… la corrupción no es una cuestión de ideologías o siglas.

El gran problema de fondo de nuestro país ahora mismo, el hecho fundamental para la derecha, es luchar para mantener la unidad nacional y el régimen constitucional. Podemos y ERC dejan claro querer una república confederada de Estados independientes de España, y el PSOE deja claro ser el partido florero, dispuesto a todo por la luz de los focos.

Y eso es lo que duele, que la izquierda parece empujar hacia el olvido de España, empuja al separatismo y la destrucción del marco constitucional. Hablo en función de los pactos que el señor Sánchez gestiona para formar Gobierno y de los programas políticos de sus socios. Considero al PSOE muy vulnerable ante sus propias líneas rojas.

¿De quién ha sido la idea de volver a la España del 36? Republicanos contra nacionalistas. ¿En serio, os parece exagerado? A mí, sí, pero los pactos de Sánchez me hacen dormir con un ojo abierto. El votante de izquierda, a poco que se despiste, según lo está haciendo PSOE-Podemos, llevará implícito el apellido de republicano. Y esto es lo que está cambiando en nuestro país, no hablamos de izquierda, derecha o ultraderecha, estamos hablando de independentistas y nacionalistas.

Esta situación indirectamente viene de nuestras decisiones a la hora de votar, sentir que votar es algo obligatorio, sentir que tu voto no servirá de mucho, o que votar no te hace responsable de lo que puede ocurrir. Planteaba al final de la primera parte de Gestión y talento para desinformar la cuestión de si un voto desinformado es un voto libre.

La situación de España es el resultado del voto hooligan. La democracia es un instrumento y algo que no debemos olvidar, no hablo de un sufragio restringido a los que más saben, hablo de estar informados de a quién damos nuestro voto, y dejar de lado la propaganda electoral. Una reflexión que debemos hacernos es, si no pueden votar los niños... ¿por qué sí puede hacerlo alguien que desconoce por completo las consecuencias de su voto?