Una de las idiosincrasias clásicas del cine en España ha sido cómo adaptaba las películas extranjeras al mercado local. Cómo el distribuidor entendía que había que cambiar un título, adaptar y traducir los diálogos, el trabajo de los actores en el estudio, etc. La industria española se ha caracterizado por las licencias creativas que ha tenido a bien tomarse cuando lo ha considerado necesario.

Las víctimas más habituales han sido los títulos de las producciones. Un ejemplo representativo de esa forma de hacer las cosas fue The Beverly Hillbillies en 1994. Una comedia convertida por el distribuidor en Rústicos en Dinerolandia tras desechar un Paletos en Dinerolandia que consideró ofensivo a la sensibilidad, que no a la inteligencia, del espectador. Ni antes ni después he vuelto a escuchar la palabra rústico referida a una persona.

También hay ejemplos famosos de doblajes absurdos por motivos de censura. Como el trío amoroso formado por Clark Gable, Ava Gadner y Grace Kelly en Mogambo. Trío que se convirtió en incestuoso al intentar adecuarlo torpemente a la moralidad de 1953 convirtiendo a Grace Kelly en la hermana del superfucker Gable quien no daba abasto en esa aventura africana.

Y luego están los casos "porque yo lo valgo". Como es el de Top Secret (1984).

Top Secret es una comedia realizada en la época de gloria del trio ZAZ –los hermanos Zucker y Jim Abrahams-. Quienes venían de Airplane! (1980)–¡Aterriza como puedas! "in Spanish"- y seguirían después con The Naked Gun (1988) –¡Agárralo como puedas! tras una intensa sesión de brainstorming, imagino-. Las comedias, por lo que se ve, desataban la inventiva de los encargados de adaptar una película.

Es lógico que se alteren algunas líneas de dialogo por hacer humor a partir de referencias desconocidas para el público de aquí. Los Simpson son un ejemplo brillante de como realizar esa labor de adaptación. Pero en Top Secret esas son una minoría. En muchas ocasiones se cambiaban las líneas originales porque el traductor debía considerar que su aportación era más ingeniosa que lo escrito por ZAZ. Que sumaba en lugar de restar. O tenía prisa por acabar, quien sabe. Pero a menudo revientan el humor de la versión original y convierten los diálogos en intercambios de líneas sin sentido y desligados de lo que se ve en pantalla.

En YouTube pueden encontrarse comparativas entre los diálogos originales de la película –subtitulados- y su versión doblada al español en 1984. El trabajo es realmente ilustrativo de cómo se las gastaban los traductores españoles por aquel entonces. En ellas puede comprobarse cómo la distribuidora pasó por el guión de Top Secret como Atila de camino a Roma. Veamos algunas *licencias artísticas que la distribuidora española se tomó sobre el guion original:

De “¡Manténgase ocupado de sus propios asuntos!” en el original a “¡Manténgase ocupado de sus propias amígdalas!” en la versión española.

De “Le he dicho que le he suscrito a la propaganda de Montgomery Ward” a “Le he dicho si le molestan las hemorroides”.

De “- ¿Conoces algún jugador blanco de baloncesto que sea bueno? - No hay jugadores blancos buenos, amigo mío” a “- Dígame, ¿el perro de San Roque tiene rabo? - Sé de buena tinta que Ramón Ramírez se lo ha cortado”.

De “A veces te suenas con un pañuelo y después lo metes en el bolso. Luego buscas el pintalabios, lo tocas con la mano y te llenas de …” a “Estás saboreando una riquísima paella y cuando ya te has comido medio plato y te estás chupando los dedos, plaf, una cucaracha espachurrada sobre el arroz y ….”.

De “- ¿Quién quieres que gane el torneo Virginia Slims? - En tenis femenino, siempre voy en contra de la heterosexual” a “- ¿Es cierto que me han dicho que madre no hay más que una? - Ciertísimo, no hay más que una y a usted la encontré en la calle”.

De cambiar el nombre del personaje francés “Déjà-vu” por el de “Tour Eiffel”, dejando sin efecto la réplica posterior a su presentación: “¿No nos conocemos de antes, Monsieur?”

En el original, la protagonista dice al protagonista “Es como una mala película”. A continuación, tras una pausa dramática, los actores miran a cámara rompiendo la cuarta pared con el espectador. En la versión española, en cambio, la protagonista dice al protagonista “Sé que es una historia algo frívola, Nick”.

No es un caso único, pero lo de Top Secret clama al cielo. Lo que trae de nuevo el viejo debate de la calidad del doblaje en este país. Tradicionalmente, ha tenido una gran reputación. Desde que el conocimiento del inglés está más generalizado y es fácil acceder a las versiones originales su prestigio ha caído. Por otro lado, las actuales estrategias de marketing tienden a mantener el título original de las películas en mercados diversos, evitando en nuestro caso tropelías como las comentadas.

Razones puede haber muchas. Pero estoy seguro de que una muy relevante tiene que ver con algo que leí hace más de una década. Por aquel entonces, en plena fiebre de la franquicia Harry Potter –7.700 millones de dólares recaudados en taquilla-, el actor Axel Amigo cobraba entre 500 y 600 euros por doblar al protagonista en cada película. El trabajo se hacía en día y medio. Estoy casi seguro de que Daniel Radcliffe se pudo currar un poco más sus diálogos para el rodaje. Y que incluso eso puede tener algo que ver con que la película final sea mejor o peor.