Mira fijamente una fotografía, es la primera vez que la visualizas. Solo tienes 25 segundos. Una vez transcurridos, pídele a alguien que retire esa imagen, y responde: ¿cuántas ventanas tiene la casa?, ¿qué animales hay en la granja?, ¿de qué color es la puerta del garaje? Si eres capaz de contestar a esas preguntas es posible que puedas presumir de tener buena memoria eidética.

La memoria eidética, más conocida como memoria fotográfica, es aquella que hace referencia a la capacidad de un individuo de recordar con gran precisión un número de imágenes, sonidos y objetos. Sin embargo, se debe tener cuidado al referirse a ella como “fotográfica”, ya que puede confundirse su funcionamiento con el de una cámara fotográfica cuando captura una imagen. Si a aquellas personas con memoria eidética les muestras una fotografía que no hayan observado antes, son capaces de recordar detalles específicos de la imagen pero no la retienen tal cual. La página web de la revista Scientific American asegura que, a pesar de que una persona con este tipo de memoria pueda recordar perfectamente una imagen, “la precisión de esas imágenes eidéticas está lejos de ser perfecta”.

Las personas con memoria eidética o fotográfica almacenan grandes cantidades de información que, en la mayoría de las ocasiones, no resulta necesaria y supone una carga mental. Esto se debe a que las imágenes eidéticas no se pueden controlar de forma voluntaria por una persona. En contraposición, aquellos que no la tienen se olvidan de los accesorios y solo conservan en su memoria los hechos e informaciones útiles.

Los niños y adolescentes son, hasta el momento, los grupos de edad en que esta habilidad se encuentra mucho más desarrollada. Entre el 2 y 10% de los niños presenta a temprana edad este tipo de memoria que, no obstante, tiende a desvanecerse cuando alcanzan los seis años. Esto se debe a que a partir de esa edad, un niño aprende a procesar la información y a desarrollar la memoria a través de otros métodos más eficientes como la memoria autobiográfica o la verbal. La mayoría de las investigaciones confirman que un escaso porcentaje de adultos poseen la habilidad de construir imágenes eidéticas y tienden a codificar toda lo que observan. “Entiendo que esta habilidad es mucho más común en niños que en adultos” afirma Josh Davis, profesor de Psicología de la Universidad de Greenwich. “No sé cómo funciona exactamente, pero pude observar a uno de mis antiguos alumnos cómo tuvo la capacidad de leer rápidamente un texto y, posteriormente, pudo recordar la información que leyó visualmente. Era capaz de recrear una ‘fotografía interna’ que, de hecho, le sirvió para interpretar lo que estaba escrito” asegura Davis para Wall Street International.

No obstante, no solo se trata de recordar imágenes. Existe una variante en la que una persona posee la habilidad de observar el rostro de alguien y ser capaz de identificarlo con otras variantes. Para ello, el Profesor Josh Davis ha desarrollado el test del “súper- reconocedor”, que consiste en observar el rostro de una persona durante unos segundos y después poder identificarlo entre otras ocho de características similares. Del mismo modo, Davis asegura la dificultad de encontrar a una persona súper-reconocedora: “ellos son excepcionales en el reconocimiento de rostros y son capaces de distinguir entre individuos de apariencia similar en tomas de mala calidad”, explica el profesor. “Para ello, estas personas crean rápidamente representaciones faciales que luego almacenan en la memoria y les permite tener una mayor capacidad para identificarlas”. Al mismo tiempo, al preguntarle por esta capacidad en relación con la memoria fotográfica, Davis considera que no son lo mismo. “Los súper-reconocedores que he probado no necesariamente han realizado bien los test que son de memoria fotográfica, y al revés, porque un súper reconocedor se enfrenta a cambios físicos de las personas que han observado anteriormente, ya sea el peinado, envejecimiento, expresiones diferentes…”.

Si quieres saber si eres una de las personas con memoria eidética existen diversos métodos y tests que te permitirán conocerlo. La Open University de Reino Unido cuenta con uno de ellos, en el que te podrás medir ese tipo de memoria a través de la visualización de una serie de imágenes en las que los colores y las formas geométricas son los protagonistas. Por otra parte, también se puede recurrir al Método de Extracción de Fotos, que consiste en mostrarle una fotografía desconocida a una persona en un caballete. Tiene que observarla durante 30 segundos. Cuando finalicen, se retira la foto y tiene que describir lo que ha visto.