Todo comienza luego de ver The DirigentThe Conductor, película de género biográfico del 2019, dirigido por Maria Peters, de origen holandés.

Esta película, está inspirada en un libro escrito por la misma directora de cine, La directora de orquesta, sobre la vida de Antonia Brico, primera mujer en lograr esta, hasta el momento, imposible empresa.

Jamás los hombres se dejarán dirigir por una mujer, le decían a Antonia, junto a sonrisas burlonas, frente a su locura de querer dirigir una orquesta.

Dos eran los grandes motivos para desincentivar su sueño: los músicos perderían concentración al ver a una mujer moverse delante de ellos; no tendría la fuerza para guiarlos pues no es del género femenino dirigir hombres ni de ellos seguir sus órdenes.

Pero esta pianista de origen holandés, adoptada por una pareja de estadounidenses, no pensaba rendirse ante estos impedimentos. Radicada con su nueva familia en Los Ángeles, comienza a aventurarse en la música. Así, luego de muchas humillaciones y sacrificios logra finalmente su sueño. Estudia Artes Liberales en la Universidad de Berkeley, graduándose con honores.

Se transfiere a Berlín en donde estudia dirección en la Berlin State Academy of Music, convirtiéndose en 1927, en la primera estadounidense graduada de la historia.

A los 28 años debuta como la primera mujer en dirigir la orquesta Filarmónica de Berlín. Frente a sus éxitos, las críticas se rindieron y comenzaron a publicar artículos neutros, comentarios reales y positivos. La prensa se refería a ella diciendo que había nacido 50 años antes.

A su regreso a Estados Unidos, pretende convertirse en directora titular, pero este será el sueño no cumplido porque a pesar de su exitosa trayectoria, jamás lo logrará. Muchos desaires y anécdotas llenan su carrera, como el caso del tenor John Charles Thomas, quien se reusó a trabajar con ella pues le robaría protagonismo.

Pero no todo fue nadar contra la corriente, la primera dama Eleanor Roosevelt, se interesa en su proyecto de crear una orquesta completamente formada por músicas mujeres y le da todo su apoyo, es así como nace la New York Women Symphoni.

Viaja a Europa y dirige orquestas en Suecia, Holanda, Londres. Luego de esto regresa a su patria de adopción y su nombre, debido a los pocos contratos, cae lentamente en el olvido. En 1970 su exalumna, Judy Collins junto Jill Godmilow, realizan el documental Antonia: retrato de una mujer lo que hizo que su figura nuevamente volviera a la memoria del público.

La directora, fallece en 1989, luchadora incansable, logrando finalmente un lugar importante dentro de la música clásica.

No me llamo «directora» sino un director que resultó ser mujer.

(Antonia Brico)

La revista GramoPhone publicó en 2008 un listado de las 20 mejores orquestas del mundo, ninguna de ellas con directora permanente de género femenino. La misma revista, en 2017 hizo público un elenco de los 50 mejores directores de orquesta, ninguna mujer entre los elegidos.

La Fundación SGAE Mujeres en la Música y Mujeres Creadoras de Música en España, ha realizado un profundo estudio llamado ¿Dónde están las mujeres en la música sinfónica? en el cual refleja que el 1% de las obras programadas por orquestas españolas entre el 2016 y 2017, corresponden a mujeres. El 5 % de quienes dirigen orquestas son mujeres, porcentaje que no refleja el número de mujeres tituladas, que es el 43% del total.

Pilar Rius, presidenta de Mujeres en la música, dice: «el estudio muestra que, de todas las ramas de la cultura, la música es la que peor representa la paridad de género».

Un ejemplo de arcaico machismo lo encontramos en la Orquesta Filarmónica de Viena, que desde su formación en 1842 no admitió a mujeres sino hasta el 1997. Lo curioso es que la primera mujer admitida oficialmente, Anna Lelkes (arpa), llevaba 20 años tocando en la orquesta como «no miembro de pleno derecho». Las motivaciones dadas por el director de la orquesta son tan absurdas como ridículas, la principal motivación era el problema de los permisos por maternidad y el segundo por no contar con baños para mujeres…

A nivel latinoamericano, la situación no es mejor. Encontramos a Carmen Moral, peruana, quien fue la primera mujer en dirigir como titular, la orquesta sinfónica de Bogotá; Lina González la directora más joven de Colombia; Giselle Ben-Dor, de origen uruguayo, quien desde su podio realza la música latinoamericana.

De España merece ser destacada Inma Shara, compositora, autora del libro La batuta invisible, quien se convierte en la primera mujer en dirigir un concierto en la Ciudad del Vaticano, en la celebración de los 60 años de la declaración Universal de los Derechos Humanos.

Otro dato interesante es que en la ceremonia de la entrega de los premios Oscar del 2020, después de 92 años, la orquesta fue dirigida por una mujer, la directora Eímear Noone, irlandesa.

En Chile la realidad, no es distinta del resto del mundo, pero algo esperanzador hay en el aire, el «Hub de directoras de orquesta» cuya misión es explorar, realizar mentorías, ampliar las posibilidades de las directoras de orquesta en Chile, ha creado un importante espacio en donde se pueda trabajar, potenciar los aprendizajes, la colaboración entre sí, fomentando una comunidad. Donde el objetivo no es la competencia, sino la facilitación de instancias.

Encontramos así a Alejandra Urrutia, que en 2016 se convierte en la primera mujer directora titular de la Orquesta de Cámara de Chile y la primera directora de la Orquesta Filarmónica de Santiago.

Ximena García directora de la Orquesta Sinfónica Juvenil de Tarapacá, Chile; Ninoska Medel, quien hizo su debut profesional con la Orquesta Sinfónica de Antofagasta, dice, «contar con una red familiar de mujeres que siempre me motivaron a perseguir mis sueños y metas, sumado a las ganas personales de dejar huella en lo cultural, académico y social, es lo que me ayudó a lograr mis metas». Virginia Vergara Meneses, violinista y directora orquestal, Teatro Cariola.

La música mueve montañas dicen por ahí y claro, es compañera de muchos aspectos de la vida y también y sobre todo de demandas sociales, como sucedió en Chile en el 2019 en el llamado «estallido social» en donde la pedagoga y directora orquestal, Karla Bahamondes sin duda tiene mucho que contar, pues movilizó a 100 instrumentistas, hombres y mujeres, dando vida a Canto para una semilla, cantata compuesta por Luis Advis en 1972, basada en las décimas de la cantautora chilena, Violeta Parra.

La nueva propuesta de esta cantata fue puesta en escena el 29 de noviembre de 2019.

Mujeres que empatizan con su entorno, que ven el podio, como la tarima pública desde la cuál reflejar no solo las temáticas de género sino también las demandas sociales, y la batuta como la espada de las reivindicaciones.