Las dos Coreas continúan en un conflicto de dimensiones históricas, ideológicas, políticas, económicas y militares que arrancó hacia mediados del siglo XX y se mantiene intacto todavía en el año 2023 del siglo XXI.

Ambas Coreas, la del Norte y la del Sur, permanecen técnicamente en una situación de guerra 70 años después de la firma de un armisticio o cese al fuego.

El conflicto que estalló en el marco histórico de la Guerra Fría sobrevive como lo que denominan los analistas militares un estado de guerra latente entre dos partes divididas por una zona desmilitarizada en el paralelo 38.

Aunque se suspendieron los combates entre los ejércitos en pugna, nunca se firmó la paz y se vive en un estado de zozobra, temiendo que en algún momento se reanuden las hostilidades. La península de Corea es el resabio más representativo de la Guerra Fría. «La marcha sobre el río Kwai» sigue sonando aún en medio del siglo XXI.

Tenemos en el norte a la República Popular Democrática de Corea y al sur a la República de Corea. Ambas repúblicas con sus respectivos mandatarios afirman ser el único gobierno legítimo de toda la península de Corea.

En la Corea del Norte existe una república socialista que en realidad es un estado totalitario de partido único dirigido por la dinastía familiar fundada por Kim Il-sung y representada hoy día por su nieto Kim Jon-un. Su capital es Pionyang.

El Partido gobernante es el Partido del Trabajo de Corea que se inspira en la idea zuche, un marxismo-leninismo y estalinismo de estilo coreano con un culto a la personalidad de ribetes religiosos tanto del fundador de la dinastía, quien es el presidente eterno de la república, como del nieto actual Kim Jon-un, quien es el actual jefe del partido gobernante, del ejército y del estado totalitario.

El régimen de la idea zuche ha sobrevivido sin mayores cambios a la guerra de Corea, a la caída de la Unión Soviética y el Muro de Berlín y a las reformas de mercado en China.

Corea del Norte tiene un modelo socio económico comunista y unas fuerzas armadas de 1,190,000 efectivos. Se ha concentrado en convertirse en una potencia militar con un pueblo dominado por un régimen de partido único y una economía totalmente estatizada, sobre la que casi no se proporcionan cifras en los organismos económicos internacionales.

Exporta fundamentalmente briquetas de carbón. Cuenta actualmente con unas 60 ojivas nucleares y ya puede ser definido como un estado nuclear fuerte. El tema de mayor preocupación internacional y sobre todo en los vecinos de Corea es su programa de armas nucleares. Pero el gobierno de los Kim asegura que utilizan las armas nucleares únicamente con fines defensivos de su soberanía nacional. Yo personalmente percibo que emplean dichas armas y misiles como medios para obtener ventajas en las mesas de negociación con las potencias occidentales.

Es importante recordar que actualmente en el mundo existen nueve estados nucleares: Rusia, Estados Unidos, China, Reino Unido, Francia, India, Pakistán, Israel y Corea del Norte.

El gran aliado y patrocinador de Corea del Norte es la República Popular China. Y también Pionyang cultiva una buena relación bilateral con sus vecinos de la Federación de Rusia.

Asimismo, Corea del Norte es miembro de las Naciones Unidas, del G-77 y del Movimiento de Países No Alineados. En cuanto a la América Latina mantienen relaciones diplomáticas estrechas con países como Cuba, México, Venezuela y Nicaragua, entre otros.

En la República de Corea, conocida como Corea del Sur existieron dictaduras militares hasta 1987 y luego empezó la transición hacia el período de las democracias liberales en las que se han sucedido 19 presidentes de la república.

Cuentan con unas fuerzas armadas de 630,000 efectivos, pero en su territorio están desplegadas bases militares estadounidenses con unos 28,500 soldados. La base Humphreys es la mayor base militar estadounidense en el exterior.

Corea del Sur se ha concentrado en promover el desarrollo económico y social convirtiéndose en una potencia económica con una población más próspera que la del Norte.

Tiene una economía liberal, de mercado abierta, con la presencia de grandes conglomerados económicos del estilo de Hyundai y Samsung. Han negociado tratados de libre comercio con muchos países del planeta y favorecen las inversiones extranjeras y la promoción de las exportaciones. Son fuertes en la producción de semiconductores. Su principal producto de exportación son los circuitos integrados.

Según cifras del Banco Mundial del año 2022 su PIB per cápita es de $32,254 dólares americanos, su desempleo fue de 2.8% y su tasa de inflación de 5.1%. El porcentaje de personas que utilizan el Internet es de 98%.

Está clasificada como país desarrollado según las estadísticas de las Naciones Unidas, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Representan la 10a economía más grande por PIB en el mundo, mientras Corea del Norte se queda con el lugar 91 del planeta en ese tema. La esperanza de vida de Corea del Sur es de 84 años versus 73 años en Corea del Norte.

El gran aliado de Corea del Sur es los Estados Unidos de América y sus socios de la Unión Europea, Canadá, Australia, Nueva Zelanda, entre otros. Seúl es también miembro de las Naciones Unidas.

En 2018 la Cumbre del entonces presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, y Kim Jong-un en Singapur mostró un avance en la normalización de las relaciones bilaterales entre los Estados Unidos y Corea del Norte. Sin embargo, al llegar la administración Biden la relación entre ambas partes se tensó de nuevo.

El pasado 18 de agosto de 2023 se realizó en Camp David, cerca de Washington DC, la Cumbre trilateral entre los Estados Unidos, Japón y Corea del Sur. El anfitrión y organizador fue Joe Biden, presidente de los Estados Unidos y asistieron y participaron Fumio Kishida, primer ministro de Japón y Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur.

En dicha cumbre Washington, Tokio y Seúl se comprometieron a «expandir su cooperación trilateral en el indo-pacífico y más allá». Asimismo, a enfrentar lo que denominaron «las amenazas de China y Corea del Norte», especialmente lo que llamaron «el comportamiento agresivo de Pekín en el mar de China meridional».

Aunque Jack Sullivan, Asesor de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, aseguró que la cumbre trilateral «no se trata de una OTAN en el Pacífico», si aprobaron la creación de un teléfono rojo entre los tres aliados para coordinar ante situaciones de emergencia en el indo-pacífico. Dicho teléfono rojo probablemente se utilizaría para coordinar las respuestas trilaterales ante las amenazas del uso de la fuerza nuclear que provengan de Pionyang.

La cumbre de Camp David marca un hito en la relación entre Seúl y Tokio, que han decidido comenzar una nueva era de mayor cercanía y amistad en sus relaciones bilaterales con el fin de enfrentarse unidos a los desafíos que les representa una Corea del Norte cada vez más fuerte en el ámbito nuclear y cada vez más dispuesta a utilizar sus misiles en los mares de Japón y Corea del Sur.

De manera que, a partir de ahora, Corea del Sur parece contar con el tradicional apoyo de los Estados Unidos y sus aliados occidentales y también con algún grado de respaldo de Japón, antiguo adversario histórico.

Corea del Sur, que fuera antigua colonia de Japón, es, a partir de la cumbre trilateral de Camp David, aliada de Tokio. El enemigo de mi enemigo es mi amigo, dice el refrán. Y ahora Seúl y Tokio son cada vez más amigos.

Durante las recientes cumbres entre los gobiernos de las dos Coreas se han discutido temas tales como la desnuclearización de la península de Corea, la mejora de las relaciones entre ambas partes y la posibilidad de un acuerdo formal de paz.

De mi parte sigo promoviendo el diálogo, la distensión, el acercamiento y la negociación entre los gobiernos del Sur y del Norte. La solución negociada y pacífica del conflicto histórico, ideológico, económico, político y militar sigue siendo el camino de la razón y de la esperanza.

Tal vez hoy día suene un poco pretensioso proponer la reunificación de la península siguiendo los pasos de la reunificación de Alemania y soñar con una sola Corea democrática, libre y desarrollada. Pero ante las realidades geopolíticas actuales en el planeta, sobre todo las rivalidades y fricciones entre los Estados Unidos y la República Popular China, los grandes aliados y patrocinadores de las dos Coreas, sí cabe por lo menos promover y apoyar las relaciones bilaterales respetuosas y cordiales entre ambas partes.

En fin, ¡la paz entre las dos Coreas! Evitando, por supuesto, toda utilización de las armas nucleares, un camino en el que nunca se sabrá cual es el destino final. Sin olvidar que en un apocalipsis nuclear todos seríamos perdedores.