Los rompehuevos son un tipo de personas que no siempre actúan con maldad. Casi diría que pocas veces. Pero no cabe duda de que llegan a ser sumamente molestos. A veces la cosa se queda solo en eso, pero si eres un profesional del campo que sea tienes que contar con que tu rompehuevismo va a tener consecuencias para quien te aguanta. Esto también tiene un efecto bumerang.

El rompehuevos se acaba viendo en problemas relacionales. Un psicólogo más riguroso que yo diría que carecen de habilidades sociales. En lo profesional los rompehuevos acaban siendo dejados de lado. En lo personal les pasa lo mismo. ¡Que viene el rompehuevos! ¡Huyamos!

Un día pude observar a un supuesto profesional de la salud mental que es un rompehuevos, lidiar con un problema de un paciente liándose a sí mismo y al paciente.

En una de esas salidas que a veces tengo, intervine e hice un roleplaying (simulacro teatralizado) al mismo paciente anterior y lo que son las cosas: lo cogió a la primera. Y lo agradeció. Cliente feliz y profesional feliz.

Y en tu caso, si sigues con la idea de ser una persona mentalmente fuerte, aquí te paso el tercer requisito que debes tener (los dos primeros se encuentran en un artículo anterior)

  • Tienes que tener hábitos de trabajo que produzcan resultados. Genera un hábito y redúcelo.

Los hábitos y rutinas son herramientas poderosas que nos ayudan a encontrar estabilidad, a ser disciplinados y a no rendirnos por cualquier problema que surja. Los niños a los que no les enseñan hábitos y rutinas suelen tener graves problemas de integración con los demás. Su mundo es un caos y de mayores los conflictos alcanzan una gran importancia al, por ejemplo, no ser capaces de adaptarse a puesto de trabajo alguno.

Por otro lado, explico lo de generar un hábito y reducirlo: si, por ejemplo, quieres empezar a hacer deporte, déjate de flipadas y de pensar en que te pones como meta en 18 meses llegar a correr la jodida maratón de Nueva York ¿Te planteas correr media hora al día? ¡Pues no! Redúcelo a 15 minutos al día. Mejor aún, redúcelo a 10 minutos al día. Si no eres capaz de correr esos 10 minutos, imagínate la tontería de correr 30 o 60 minutos. Aterriza, sé realista, pero haz algo de una puñetera vez.

Lo que quiero decir es que, si, por ejemplo, tienes una empresa del tipo que sea, a veces solo basta con hacer cosas sumamente sencillas, pero muy bien hechas y dejar la bazofia y el low cost a tu competencia.

Pero esto me viene muy bien para comentar el cuarto punto de las personas fuertes mentalmente:

  • Se ajustan a sus circunstancias. No esperan a las condiciones perfectas.

Como esperes a tener ganas para ir al gimnasio no irás en la vida. Si esperas a que la persona que te gusta se dirija a ti y se lance a abrazarte, estás listo/a. Si crees que por leer libros de cómo tener éxito tú lo vas a tener, lo tienes jodido. No puedes esperar más. Para ya de planificar y esperar a que pase esta o la otra crisis.

Hazlo. Y hazlo ya.

La sobre-planificación solo te llevará a tener una potente justificación a tu demora. «Es que estoy estudiando el mercado»; «es que estoy planeando todo bien para que luego no haya imprevistos»; «es que prefiero ir sobre seguro para que luego no haya sorpresas».

Si crees que vas a poder tenerlo todo bajo control en todo momento, estás muy equivocado. Si, es cierto que hay que tener una cierta planificación, pero si ves que esto te está sirviendo solo de disculpa para no hacer lo que tienes que hacer, tienes que empezar ya con tu idea, proyecto o decisión importante sobre tu vida.

Van a surgir imprevistos, te vas a equivocar, pero nunca se puede controlar todo y al menos tu aprendizaje será inmersivo y te irá capacitando para sortear todo tipo de dificultades.