Como sabemos el cielo está poblado de estrellas, pero: ¿qué tanto sabemos de ellas? Desde siempre ha habido estrellas, ¿cómo influyen en nosotros? Esta nota es para acercarnos un poco más al universo supra celeste, a la astronomía, teología e historia. Aquí compartiré con ustedes la relevancia de las estrellas y cómo predominan en el entorno de la humanidad.

En una nota anterior les hablé de la estrella de Belén y la estrella sirio (estrella de los sabios), en este escrito veremos cómo funcionan las estrellas y por qué he titulado esta nota la estrella de Judas (Iscariote).

La figura de Judas Iscariote

En el año 1970 se encontró en el interior de una cueva a orillas del río Nilo y a las afueras de El Minia, en Egipto, un códice en lengua copta del siglo IV que presenta el deterioro del tiempo y donde, junto a otras tres obras, entre ellas primer Apocalipsis de Santiago y la Epístola a San Felipe atribuida a San Pedro, apareció también un texto que corresponde a un evangelio apócrifo según la iglesia: el Evangelio de Judas, un texto compuesto alrededor de los años 130 y 150 de nuestra era y, según los testimonios de algunos sacerdotes de la Iglesia, utilizado por la secta gnóstica de los cainitas para hacer una valoración positiva de la figura del apóstol Judas Iscariote, que en los cuatro evangelios canónicos es considerado como el traidor a Jesús.

Según este evangelio gnóstico, que permanecería oculto durante unos 1.700 años, Judas fue el discípulo favorito de Jesús y entregó a su maestro a las autoridades romanas en cumplimiento de un supuesto plan previsto por el propio Hijo de Dios.

Este fragmento del Evangelio de Judas tiene 26 páginas (de un total de 66 que comprendía todo el códice encontrado), escrito en tercera persona y después de pasar por diferentes manos comenzó a ser traducido del copto a diversos idiomas. Contiene varias revelaciones que Jesús hizo a Judas Iscariote, en una conversación privada, tres días antes de la Pascua. Según este evangelio, como ya se mencionó anteriormente, Judas entregó a su maestro a los romanos siguiendo órdenes del propio Jesús, quien le profetizó:

«Tú serás el decimotercero, y serás maldito por generaciones, y vendrás para reinar sobre ellos».

Otra diferencia de este evangelio apócrifo tiene que ver con la personalidad del propio Jesús. Mientras en los evangelios canónicos (San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan) Jesús de Nazaret nunca es presentado riendo, en este texto gnóstico Jesús se ríe con frecuencia. Los apóstoles y discípulos se enfurecen al ver que Jesús se ríe. Todos menos Judas, quien le dice a Jesús:

«Yo tengo conocimiento de quién eres tú y de dónde vienes. Tú vienes del inmortal reino de Barbelo».

En los antiguos textos gnósticos, Barbelo es la Divina Madre de todo. Debido al conocimiento (gnosis, en griego) de Judas, acerca de que Jesús viene desde «el inmortal reino de Barbelo», a Judas se le promete una revelación «referida a secretos que ninguna otra persona ha conocido nunca». La inversión de la relación tradicional entre Jesús y Judas que plantea el texto es que Jesús se sorprende por la respuesta de Judas. Por eso mismo lo elogia: «Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste (…). La estrella que indica el camino es tu estrella».

San Mateo (26: 20-25), asimismo, relata que

«llegada la tarde, Jesús se puso a la mesa con los doce. Y mientras comían, les dijo: “En verdad os digo que uno de vosotros me entregará”. Muy entristecidos comenzaron a decirle uno por uno: “¿Acaso soy yo, Señor?”. Él respondió: “El que mete la mano conmigo en el plato, ese me entregará. El Hijo del Hombre se va, según está escrito de él, pero ¡ay de aquel por quien el Hijo del Hombre es entregado! ¡Más le valiere a ese hombre no haber nacido!”: Entonces preguntó Judas, el que lo iba a entregar: “¿Soy yo acaso, Maestro?”: Jesús le respondió: “Tú lo has dicho”».

San Lucas (22: 47-48), relatando el prendimiento de Jesús, cuando éste se encontraba orando en el huerto de Getsemaní, nos cuenta que

«…apareció una gran multitud, a la que precedía el llamado Judas, uno de los doce, el cual se acercó a Jesús para besarlo. Jesús le dijo: “Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?”».

Finalmente, en San Mateo (27: 3-5), después que los judíos entregaran a Jesús al procurador Poncio Pilatos:

«al ver entonces Judas, el que lo había entregado, que Jesús había sido condenado, se arrepintió y devolvió las 30 monedas de plata a los pontífices y ancianos, diciendo: “He pecado entregando sangre inocente”: Ellos dijeron: “ ¿A nosotros qué? Tú verás”. Judas arrojó las monedas en el templo, se retiró y, alejándose, se ahorcó».

El Evangelio de Judas

Partes del Evangelio de Judas corresponden a varios diálogos entre este discípulo y Jesucristo, como el siguiente:

«Judas: “Maestro, como tú has escuchado a todos ellos, ahora también escúchame, pues he tenido una gran visión”.

Cuando Jesús escuchó esto, se rió y le dijo a él: “Tú, espíritu décimo tercero, ¿Por qué lo intentas así de difícil?”

Judas le dijo: “En la visión, me veo a mí mismo como los doce discípulos me lapidan y me persiguen (severamente) y yo también llego al lugar de donde, después de ti, veo (una casa…) y mis ojos no podrían comprender su tamaño. Gente grandiosa estaba rodeándola, y esa casa –tenía- un tejado de verdor y en medio de la casa había una multitud (dos líneas perdidas), diciendo, “Maestro, llévame hacia esa gente”. (Jesús) respondió y contestó: Judas, tu estrella te ha llevado hacia delante. Ninguna persona de nacimiento mortal es digna de entrar a la casa que has visto, para ese lugar se reserva a lo sagrado (santo). Ni el Sol ni la Luna regirá ahí, ni el día, sino lo santo morará ahí siempre, en la región eterna con los ángeles santos, observa lo que te he explicado los misterios del Reino y que te he enseñado acerca del error de las estrellas; y ( … ) mandado ( … ) en los doce eones».

Hasta aquí conocemos un poco más de la historia referente a las escrituras ahora bien porque las palabras de Jesús?

Jesús se sorprende por la respuesta de Judas. Por eso mismo lo elogia: «Tú los superarás a todos ellos. Porque tú sacrificarás el hombre que me reviste (…). La estrella que indica el camino es tu estrella.»

La estrella de Thuban

Hace unos 4.800 años, Thuban fue lo que ahora conocemos como Estrella Polar en el hemisferio norte, como actualmente lo es Polaris (α Ursae Minoris). Debido al movimiento de precesión, la oscilación periódica del eje de la tierra, paulatinamente dejó de marcar el norte terrestre. Hacia el 1.900 a. C. la estrella Kochab (β Ursae Minoris) comenzó a sustituir a Thuban como Estrella Polar.

Thuban (Alfa Draconis) es una estrella en la constelación del dragón. Tiene magnitud aparente +3,67 y, pese a ostentar la denominación de Bayer «Alfa », es sólo la octava estrella más brillante en la constelación. Está situada a 309 años luz del sistema solar El nombre de Thuban proviene del árabe ثعبان (Th'uban, «la cabeza de la serpiente»). Este era el nombre que los antiguos astrónomos árabes usaban para toda la constelación del Dragón, y a esta estrella posiblemente la llamaran Adib (Al Dhi’bah*, «la hiena»).

La estrella Thuban: significado y simbolismo

El escritor Vincent Melia i Bomboi, nos describe en su libro El testamento oculto del Papa Luna las figuras de una fuente que se encuentra en el castillo Templario de Peñíscola. Esta fuente que mando a construir el Papa Luna ,tiene una forma octagonal donde se pueden apreciar ocho figuras distintas que nos narran el proceso alquímico como primera imagen vemos a al águila y al dragón debajo una cabeza de León esta escena hace referencia a la estrella Thuban como forma de dragón. Pero... ¿qué nos quería enseñar el Papa Luna en este pequeño mapa con forma de fuente? Pues bien, en la alquimia, el mercurio se precipita o se sublima, se disuelve en su propia agua propicia, y después una vez más se coagula. Este es uno de los pasos de la alquimia solve et cougula es en síntesis toda la gran obra.

Thuban era llamada por los babilonios Nibiru que significa «lugar de transición». En la India se la consideraba el «apoyo de los planetas» y se le llamaba Grahadhara. ¿Pero qué tiene que ver con Judas?

Judas representa la transición, si los hechos no hubiesen sido como los conocemos a lo largo de la historia no se hubiese podido concretar lo que estaba escrito, quizás la muerte y resurrección de Cristo no sería como la conocemos, para entender mejor aquí término dejándoles una frase del Kybalión:

«La mente, así como los metales y los elementos, puede transmutarse de grado en grado;
De condición en condición, de polo a polo, de vibración en vibración». «Todo es doble, todo tiene dos polos; todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos; los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; todas las verdades son medias verdades, todas las paradojas pueden reconciliarse».

Por lo tanto, toda transmutación debe estar fundamentada en un cambio de polaridad.