Como ya lo he dicho en repetidas ocasiones, México es un país diverso tanto en su comida como en sus costumbres. Tradiciones, lenguas endógenas, festividades, arquitectura y pueblos indígenas también son parte de esta diversidad que conforma todo lo que es este país. Cuando se piensa en los pueblos indígenas de México, automáticamente se piensa en los mayas y aztecas; no obstante, no son los únicos. Se dice que, actualmente, existen 56 grupos étnicos en el territorio nacional, y, según el último censo realizado en el año 2012, 12 millones de personas pertenecían a alguno de estos grupos. El día de hoy quiero dedicar este espacio a uno de estos grupos étnicos por representar parte de mis raíces y de mis orígenes: los ñha ñhus – también conocidos como otomíes, ñu ñus, ño ños o yäyü-.

Etimología de los nombres

La certeza de la etimología del nombre en realidad varía de autor en autor y de fuente en fuente; por ejemplo, para el Instituto Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (INI) el vocablo otomí es la forma moderna del término arcaico totomitl cuyo significado es ave flechada y esto se puede encontrar en literatura como el Códice de Xolotl. En cambio, los propios otomíes dicen que la expresión ñha ñhu, con sus diferentes variantes antes mencionadas, se forma por la unión de ñha («hablar») y ñhu («nariz»), en pocas palabras, significa «hablar con la nariz».

Orígenes y distribución geográfica

Se piensa que los ñha ñhus, originalmente, se establecieron en la zona de Tula, Hidalgo, territorio perteneciente a los toltecas, cultura que, se piensa, absorbió e incorporó a su poderoso imperio a los otomíes.

Actualmente los otomíes se encuentran divididos en un territorio que abarca desde el norte del Estado de Guanajuato, el oriente del Estado de Michoacán y el sureste del Estado de Tlaxcala, concentrándose mayoritariamente en los Estados de Hidalgo, México y Querétaro.

Cosmovisión

Al igual que muchos de los pueblos indígenas de México, los otomíes tienen una estrecha relación con la naturaleza, quien les provee de todo los necesario para sobrevivir, los ñha ñhus han encontrado la forma de leer e interpretar los símbolos que la naturaleza les da y, a partir de ahí, crear una cosmovisión propia. Por ejemplo, la dirección de un trueno – si es al norte o al sur – les indicará si se trata de lluvia o de calor; de igual forma, creen en el poder premonitorio de los sueños, donde, a su vez, soñar con animales puede tener un significado en específico, por ejemplo, soñar con un pichón anuncia lluvia. Por otro lado, los otomíes también comparten el politeísmo con otros pueblos ancestrales, entre sus dioses sobresalen la Luna, la Gran Señora de la Vida y el Sol, el Señor del Fuego, un dios querido, cálido y generoso.

Actualidad

Actualmente, los ñha ñhus están entre nosotros, es común verlos entre la población usando ropa cotidiana como camisa y pantalón (hombres) o blusas y faldas (las mujeres), es posible identificarlos por sus rasgos y por su lengua, que es hablada por aproximadamente 327. 319 personas según el último censo anteriormente citado y, a pesar de ser un pueblo que se ha adaptado a la sociedad actual, es un grupo que nunca deja de lado su identidad, fiestas y/o costumbres, así como lo dicta el eslogan del Consejo Supremo Ñha Ñhu, los otomíes son un pueblo con raíces de orgullo y valor que busca una permanencia.