Investigan si el cráneo hallado en una caja fue descarnado por la detenida, escribe El Periódico, La Guardia Civil indaga si la mujer utilizó algún método para eliminar los tejidos de la cabeza de su pareja y dejar solo el hueso.

(El Periódico, Martes 01.10.2019)

Ocurrió en el Barrio Viejo de Barcelona, zona de calles estrechas, húmedas y poco ventiladas. El cráneo apareció en el cuarto de baño de una vivienda en la tercera planta de un edificio antiguo.
Una vecina, alertada por los malos olores, había llamado a la policía. Los bomberos entraron en la casa sin dificultad por una ventana lateral que estaba medio abierta y descubrieron la calavera envuelta en seis bolsas de basura, solo quedaba el cráneo pelado con la parte de atrás más oscura, requemada, y 2 vertebras aún pegadas. Parece que cortaron el cuerpo con una sierra de carpintero.

Sospechan de la propietaria de la vivienda porque estuvo varios días desaparecida. La mujer, mientras llegaba a su casa, encontró el gentío agolpado en las calles, la puerta de su edificio llena de policías uniformados con diferentes colores, la policía científica forrada de blanco, los forenses vestidos de civil y la comitiva judicial; juntos parecían el defile de un circo. Sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser atendida in situ por los psicólogos del servicio de emergencias médicas. Ya calmada, dijo que había ido a Berlín por asuntos de trabajo y que el martes -tres días antes- había intimado con el presunto propietario de la cabeza. Asegura que cuando ella salió de la habitación el cuerpo sí estaba en la cama y caliente, que ella marchó rápidamente de madrugada porque la esperaba un taxi en la puerta de casa y, para no despertarlo, no pudo comprobar si la cabeza estaba en su sitio. La Policía asegura que la cabeza estaba en el baño antes de las 03.23h. de la madrugada del martes.

También han interrogado a la compañera sentimental de quien pudiera haber sido propietario del cráneo, una mujer joven, rubia, cabello largo y ojos saltones. Ella dice que en la madrugada sí notó un cuerpo junto a ella mientras dormía, ni frío ni caliente, que ella se levantó para ir a trabajar con el primer canto del gallo —a las 06.30h. — y que no puede asegurar si la cabeza estaba en su sitio porque la habitación estaba muy oscura; se ha retirado a un rincón y llora desconsolada.

Perros policía especialmente adiestrados en descubrir restos humanos rastrean la casa y los alrededores buscando el cuerpo, sin hallazgos de momento. Junto a la cama apareció un papel blanco escrito a mano en tinta negra:

El amor es tan fuerte como la muerte.

Los forenses tratan de averiguar cómo se las ingeniaron para pelar la carne y dejar solo el hueso tan limpio. Todo está bajo secreto del sumario. La Guardia Civil mantiene acordonada la zona, interroga a los vecinos y está revisando los archivos; no han encontrado pistas. La Unidad de homicidios y la Unidad especial en desapariciones han alertado a los puestos fronterizos y vigilan los aeropuertos.

Los periódicos de la mañana están hablando de este horrible crimen. El asunto se ha destapado porque la compañía de seguros —cuyo nombre no quieren que se conozca— no acepta ni el robo de la cabeza ni el robo del cuerpo y considera que pudiera ser una desaparición voluntaria para cobrar gran cantidad de dinero. La compañía ha encargado el asunto a Bermúdez, detective especial acreditado, que ya se ha desplazado a Tailandia en busca de indicios o pistas; viaja equipado con gabardina, pipa y sombrero; esconde, entre sus ropas, un bocadillo de chorizo ibérico y otro de jamón serrano. "Todo está controlado", ha dicho el gobernador en rueda de prensa.