A Héctor y Arieti —y compañía— en su primer aniversario.

Este artículo trata de un católico, extraordinario, que entregó su vida a los pobres… Casaldáliga, Pedro Casaldáliga.

Antes que decir cómo fue eso, no resisto decir esto otro —muy personal, pero que, a la vez, forma parte del retrato de don Pedro—: me costó mucho trabajo este artículo, más del que me suele costar cualesquiera de ellos. ¿Por qué? Porque las palabras y los pasos del padre Casaldáliga, su obra, calcinan; son quemaduras lo que se siente ante lo que hizo y dijo. Su manera de vivir la vida interpela. No es posible llamarse católico cuando uno ve su distancia con este frágil hombre que tanto luchó por los desposeídos…

Y, si pensamos en la inmensidad de la Amazonía, o en la de tantas y tantas extensiones del globo donde el poder explota al pobre, dueño de la tierra, la misión de Pedro Casaldáliga frente a lo que queda por hacer nos enmudece.

Ante ese pasmo en que me encuentro al revisar quién fue Pedro, estoy optando en este momento por no escribir el texto, sino solo compartir las palabras que él ha inspirado (1) o que provienen de su inspiración, pues, finalmente, si alguien se sintiera impulsado a informarse más sobre sus acciones fácilmente podría hacerlo.

Opiniones sobre su vida y muerte

Personas que lo conocieron, observaron y entrevistaron nos trazan un inmejorable perfil suyo; asimismo articulistas y estudiosos:

Lo dio todo en defensa de los derechos de los indígenas de la Amazonía (Vatican News).

No ha habido una sola causa en Brasil de esos olvidados a los que él se había entregado que no llevara el sello de su defensa. Los últimos eran para él siempre los primeros. A quienes a veces le reprochaban lo que consideraban un exceso de austeridad él les recordaba los evangelios en los que se dice que Jesús era tan pobre que no tenía ni casa (Juan Arias).

Vestía pantalones de mezclilla y sandalias, como los campesinos de su diócesis. Se movía como ellos: en jornadas de autobús de 16 horas por caminos de tierra (Víctor M. Quintana S).

Trabajé ya en 25 o 30 filmes, pero este es el personaje más especial, más importante que me ha tocado; necesité vaciarme para poder hacer a un Pedro limpio y asumir el compromiso que él ha tenido durante su propia historia (Eduard Hernández).

Los indios tapirapé habían decidido extinguirse, y gracias al trabajo paciente de unas religiosas, hoy han revivido y sus barcazas surcan orgullosas el Araguaia (José Ignacio González Faus).

[…] una confiada súplica por su eterna felicidad con Aquel que él, como un peregrino, lleno de mística y de poesía, ha buscado siempre (Conferencia Episcopal de América Latina).

El milagro es que haya vivido (David Fernández).

Monseñor Casaldáliga fue un «ateo del Dios del colonialismo» (Antonio Aradillas).

Descalzo sobre la tierra roja

(Tráiler de la serie hecha película sobre la lucha de nuestro personaje, por Francesc Escribano)

No hubo respaldo unánime a la tarea del líder. Hubo oposición, sostenida y por décadas. Llegó a la amenaza, a la violencia y a los disparos. Por su lado, a la Iglesia se le exigió que el cura se limitara a sus rezos…

Para ellos, Pablo VI, certero como siempre, tuvo esta frase, una de las mejores de todo el siglo XX: «Quien ataca a Pedro, ataca a Pablo».

Copio, a continuación, parte de los comentarios que, en la versión electrónica del medio español El Mundo, se generaron ante una entrevista de Agnese Marra: «48 horas con Pedro Casaldáliga, el teólogo de la Liberación que vive con los indígenas en la Amazonía», del 21 de febrero de 2018. En vez del nombre, aparece en algunos casos el seudónimo que usan en la red los que intervienen; puede apreciarse incluso cómo se contestan entre sí. Copia es, se ha dejado tal cual.

Nos sirve para ver cómo hubo quien, no lo persiguió, pero simplemente tomó a mal —y a veces muy a mal— su manera de vivir la religión.

Juan Pablo II, lo abroncó.....un papa actor, define bien la Iglesia, la dedicada a los pobres de verdad y la del boato y fastuosidad del Vaticano, la santidad de Casaldaliga esta fuera de toda duda, la de Juan Pablo II, solo Dios lo sabe (MarcSym).

Que estos cristianos dejen a los indios en paz, van a adulterar su cultura para satisfacer necesidades personales poco altruistas y meterle el veneno del opio de la religión; van a esclavizarlos. No me parecen nada admirables estas gentes (jian_kwenkai).

No soy creyente pero siento un profundo respeto por personas como este Sr. (mundo 00).

Ya le queda menos para reunirse con sus idolos: Stalin, Mao, Pol Pot, etc. desde que la masoneria se apodero de la Iglesia en el Concilio Vaticano II personajes como este con una dimensión espiritual nula cuando no abiertamente anticristianos abundan (Networkingmatch).

Personas como esta te hacen creer de nuevo en la raza humana (pitropi).

Tratar a este buen hombre que dedica su vida a ayudar a los más vulnerables para un cristiano devoto como tú es una traición a la iglesia, verdad. Es decir, para ti el héroe es Juan Pablo II que recriminó a este hombre por ponerse del bando de los pobres (Buniaan_Marsus).

Entronca muy bien la noticia con la película ‘La Misión’ donde se muestra las dos vertientes de La Hipócrita Iglesia Católica. Iglesia que condena a los que siguen el Verdadero ‘Mensaje’ de Jesucristo, ‘déjalo todo, ven y sígueme", es decir, la pobreza. A esos, a los del ejemplo, los condena y los que los condenan son los de la Pompa y Boato, los de Palacio y yacusi, los del traje de Armani, esos que, justamente, viven a la contra de lo que predican (Romanzado).

El vocabulario de Pedro

Capitalismo

Creo que el capitalismo es intrínsecamente malo: porque es el egoísmo socialmente institucionalizado, la idolatría pública del lucro, el reconocimiento oficial de la explotación del hombre, la esclavitud de muchos al yugo del interés y la prosperidad de los pocos.

El capitalismo neoliberal es el gran pecado del mundo de hoy».

Cómo vivir

No poseer nada, no pedir nada, no callar nada y, de paso, no matar nada.

Creer en Jesús

Es fácil llevar a Jesús en el pecho, lo difícil es tener pecho, coraje para seguir a Jesús.

Discriminación, la mujer en la Iglesia

Para una fe y una comunidad […] que ya no discrimina entre «judío y griego, libre y esclavo, hombre y mujer», esa discriminación de la mujer en la Iglesia nunca podrá ser justificada.

Evangelización de América

[F]ue una evangelización muy poco evangélica. Porque sirviendo al Señor servía al Rey; trayendo Evangelio traía también cultura europea, ibérica; creyendo anunciar el Reino de Dios imponía el Imperio, por ser poco lúcida en su teología. Quizá las circunstancias no permitieron más, pero nosotros estamos obligados a criticar la historia pasada a la luz de lo que la historia presente nos permite para corregir el futuro, ¿no?

La naturaleza humana

Dios es amor; nosotros somos amor, traición y miedo, pero también esperanza.

La pobreza

Todo es relativo, menos Dios y el hambre.

La verdad, Pilato, es estar del lado de los pobres [Citando a Maxence Van-der Meersch].